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Crítica de música

Corazón d'melon

Si no es con un corazón enorme, abierto a la sensibilidad, sin eso, es imposible interpretar el Concierto para violín de Tchaikovsky como lo hizo Ellinor D'Melon el pasado sábado en Palma? ¡y con quince años! ¿Cómo lo interpretará en la madurez?

Ellinor D'Melon proviene de una familia de artistas, padre innovador y bohemio en la pintura y madre pianista y maestra de pianistas. Así que el sentimiento musical le viene de casta. Pero eso no basta para coger las ideas de Tchaikovsky y trasmitirlas de la forma en que lo hizo. Se necesitan horas de estudio para conseguir una técnica depurada y efectiva.

La adolescente D'Melon, de apariencia ingenua, convierte el instrumento en una explosión sonora. Y no por la cantidad de sonido, sino por la calidad. Toca afinado, limpio, cada nota puede escucharse y percibirse. Una delicia.

Ellinor, que tiene nombre de reina, no tiene un futuro prometedor, tiene presente. No es una joven promesa, es una realidad. No es cuestión de suerte que haya sabido seducir al director Gustavo Dudamel o Vladimir Spivakov con su violín Giovanni Battista Guadagnini de 1740.

Mérito de la solista, pero también de nuestra Simfònica que la acompañó (es un decir, porque en ese concierto no se acompaña, se coprotagoniza) con Pablo Mielgo al frente. La formación estuvo siempre atenta a las órdenes del maestro, con lo que el resultado fue más que notable.

No tan musical fue la segunda obra del programa (que se interpretó, afortunadamente sin descanso), la Séptima Sinfonía de Beethoven, un auténtico pozo de pasión. Es, la Séptima, una obra redonda, llena de melodías y temas que se suceden y se entrelazan de tal forma que la convierten en una de las sinfonías más bellas jamás escritas. Bastaría su segundo movimiento para convertir al autor en uno de los grandes. La inspiración de Beethoven es inmensa. Y aquí, en esa apoteosis de la danza, según la calificó Wagner, fue donde la Orquestra bajó el nivel. Parecía como si hicieran falta ensayos para acoplar el sonido del conjunto. Como si no se hubiera estudiado la sonoridad del recinto. Faltaron, en definitiva, matices. El resultado bien, pero con reservas.

Orquestra Simfònica de Balears

Palau de l´Almudaina de Palma

Violín: Ellinor D´Melon. Director: Pablo Mielgo. Obras: Tchaikovsky y Beethoven. Fecha: 19/09/2015.

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