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Entrevista

Mercè Ramírez y Alex Ramos: "La cocina vegana y vegetariana es más sabrosa, colorida y espectacular"

"Nuestros talleres van dirigidos a aquellos que quieren vegetalizar su dieta"

Mercè Ramírez y Alex Ramos.

-¿Cuántos años llevan con sus talleres y a quiénes van dirigidos?

-Esta será la séptima temporada y van dirigidos a todas esas personas que quieran vegetalizar más su dieta, disminuir el consumo de productos animales e incluso quitarlos. También a personas con alergias a lácteos, harinas o huevos, y a padres que quieren introducir verduras a los niños.

-¿Es fácil ser vegano hoy en día?

-Todo está cambiando de una forma espectacular. Cuando nosotros empezamos hace quince años había dos o tres herbolarios y unos pocos restaurantes vegetarianos. Hoy hay de todo y cada vez salen más. Hay mucha oferta, casi a la altura de Barcelona.

-¿Hay que seguir alguna pauta para realizar el cambio al veganismo?

-Hay que tomárselo con calma y desde nuestro punto de vista es mejor formarse. En los cursos siempre decimos que la transición al veganismo requiere un año como mínimo. El cuerpo necesita adaptarse a los cambios, tiene que integrar y asimilar bien la proteína vegetal, el hierro no es el mismo...

-¿Qué hay detrás de una mala alimentación?

-Una mala educación. Ésta tiene que empezar desde niños, ya en las guarderías. La alimentación se basa en hábitos y éstos se adquieren con tiempo.

-El primer taller de esta temporada está dedicado al otoño. ¿A qué huele esta estación?

-A dulce, a calabaza, castaños... Huele a recogimiento. A manzanas, higos, almendra... Después de una estación como el verano, en la que la energía ha sido de expansión y fiesta, necesitamos recogerla. No hacerlo a tiempo hará que te afecten más los constipados y los problemas que consigo trae el frío.

-¿Qué productos se impondrán en sus platos?

-La cebolla, la calabaza, el boniato, la judía verde, las coles, las setas, los frutos secos, la mazorca de maíz, el mijo, el arroz integral redondo...

-¿Por qué debemos ser veganos?

-Nosotros enseñamos a las personas a comer vegano pero damos la libertad de tomar productos animales ya que creemos que es una decisión muy personal y que cada uno tiene que encontrar el lugar en el que se siente a gusto y feliz con su conciencia y con su cuerpo. Dentro de ellos, el pescado sería una opción más saludable mientras que los productos lácteos son más discutibles, de ahí que tratemos de que las personas aprendan a no depender de estos. El calcio siempre se puede conseguir de otras fuentes. Los huevos son opcionales, no los necesitamos en las comidas. La carne no la tomamos y procuramos que tenga una presencia mínima en la dieta. Sí creemos que es muy importante que el 80 por ciento de nuestra dieta esté basado en los productos vegetales. Queremos que las personas sepan los efectos energéticos que tiene cada alimento y que cada cual elija lo que le interesa. Por ejemplo, que alguien con anemia sepa que puede tomar carne roja pero que también tiene otras opciones como aumentar su consumo de algas, sobre todo las muy ricas en hierro como la dulse, tomar más verduras de hoja verde... Y mucho mejor si combina los alimentos ricos en hierro con algún alimento rico en vitamina C como los cítricos o el perejil para mejorar la absorción."Detrás de una mala alimentación hay una mala educación, y ésta tiene que empezar ya en la infancia"

-¿La cocina siempre alimenta nuestra felicidad?

-Por supuesto. Comer es de las primeras cosas que hacemos al nacer y siempre ha estado asociado al disfrute, es algo muy emocional.

-¿Qué es la cocina consciente?

-Cada alimento nos produce unos efectos energéticos diferentes: el café y las carnes rojas nos excitan, las verduras y cereales nos dan tranquilidad y nos relajan... La cocina consciente consiste en que cuando comes algo pongas atención en observar cómo te sienta. Muchas veces no nos fijamos en esto. Lo tenemos muy claro con el café y el alcohol pero no tanto con la carne o los dulces. La cocina consciente es aprender a sentir, reconectar con el sentir y decidir si lo quiero comer o no, si me va sentar bien o no. En los talleres también enseñamos que un estilo de cocción u otro puede cambiar totalmente un alimento. No es lo mismo comerte una zanahoria hervida, al vapor, frita o en puré.

-¿Cada vez somos más conscientes de lo que comemos?

-En los últimos tiempos no se está dando la importancia que tiene el cocinar y el comer bien, un poco por la ignorancia de los efectos y las consecuencias que nos puede acarrear, ya sea por falta de minerales, de vitaminas, etc. Y que a la larga puede ocasionar osteoporosis, colesterol, obesidad, estrés u otras dolencias. No le damos la importancia suficiente al cocinar porque desconocemos estos efectos. En la sociedad actual, los problemas con la alimentación vienen sobre todo por los excesos. Tenemos de todo y hasta hace 50 años esto no se conocía. Tener tanto para elegir en un supermercado es para volverse loco. Hay que volver a mirar la calidad por encima de la cantidad y educarnos en la elección adecuada de los alimentos sin ser estrictos pero sin perder de vista las opciones más naturales.

-¿Cuándo desaparecerá esa falsa idea de que la comida vegetariana sabe sosa?

-Donde nos movemos ese mito está pasado de moda, pero cada persona es un mundo. La cocina vegana y vegetariana es muy colorida, sabrosa y espectacular en sí misma y en la presentación de los platos. Pero hay que entregarse a ella con tiempo, cariño y dedicación para disfrutarla . La salud también es disfrutar. Nuestro fin es enseñar a la gente a que disfrute cuidándose.

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