A pocos lectores de cómic españoles les sonará un botones de rojo con acento francés llamado Spirou. La razón: le eclipsó nuestro equivalente patrio, Sacarino, creado por Ibáñez después de beber de las peripecias del personaje belga dibujado por André Franquin.
La editorial Dibbuks celebra sus diez años recibiendo los derechos en España de un icono tan popular en el mercado galo como Tintín o Astérix a fin de insuflarle una segunda vida. El renacimiento de Spirou se materializará en forma de ediciones y exposiciones. Una de ellas se inaugurará el próximo día 24, a las 20 horas, en Mos de Coc (calle Blanquerna). La coordinación de la muestra, con obra original y que podrá visitarse hasta mediado de octubre, corre a cargo del también dibujante Jaume Martí, colaborador del editor Ricardo Esteban (Dibbuks) y orquestador del tomo coral Nueve preguntas. "La idea es realizar una suerte de pin-ups, un dibujo de este personaje pero reinterpretado por cada uno de los dibujantes invitados a participar", comenta Martí, quien ha realizado la selección de artistas que formarán parte de este original homenaje a Spirou. De la isla, se alcanzarán los 20 participantes que reinventarán al botones de rojo según su propio estilo. "En cada ciudad que se ha sumado a esta iniciativa, les proponen esta reinterpretación a dibujantes naturales del lugar, con la posibilidad de invitar a algunos nombres de fuera", añade Martí.
El plantel de dibujantes mallorquines está claro. De momento, están confirmados: Francesc Grimalt, Margalida Vinyes, Tatúm, Rubén Chacón, Jordi Canyelles, Tomeu Seguí, Enriqueta Llorca, Aina Crespí, Sebastià Cabot, Ata, Pau, Feliu Renom, Pere Joan, Jaume Balaguer, Rafel Vaquer, Jordi Pascual y el propio Jaume Martí. De fuera, participarán con seguridad Fernando Vicente, Enrique Vegas y José Luis Munuera. "La idea es que lleguemos a ser unos 25", calcula Martí.
Además de la de Palma, se han confirmado más exposiciones en la península. En concreto, en Cádiz (18 de este mes), Pontevedra, Santander, Valencia, Zaragoza, todas éstas en 2015, y la última en Madrid, pero ya en 2016.
Aún no está confirmado, pero si Dupuis -la editorial que originó Spirou- lo autoriza, hay posibilidades de que el año que viene se edite un catálogo con todas las ilustraciones de las distintas exposiciones celebradas por la geografía española como homenaje al botones.
Amén de la competencia directa de Sacarino, Spirou no acabó de arrancar en nuestro país debido sobre todo a las calamitosas ediciones que tuvo a lo largo de los años. "Eran tan poco cuidadas, que algunos le ponían incluso una e delante de su nombre", evoca Martí. En los últimos años, Planeta se había puesto al frente de su publicación. Con anterioridad, a caballo entre los 70 y los 80, existió una revista llamada Spirou Ardulla. Después llegaron las tiras de El Pequeño Spirou que editaba el suplemento de El País y los más jóvenes quizá recuerden la serie de dibujos animados del Marsupilami, secundario en las aventuras del botones belga. Pese a todas estas apariciones, lejos estaba el icono francés de convertirse en un personaje popular. En 2015, se le ha presentado una nueva oportunidad para arrastrar lectores.
"Ricardo de Dibbuks se ha volcado en esta nueva peripecia editorial y ya ha publicado dos tomos de la serie regular", refiere Martí. Asimismo, también ha visto la luz El botones de verde caqui, de Yann y Schwartz, una aventura ambientada en la Bruselas ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial lanzada originalmente en 2009. "La idea es editar también el mismo número que llevan en Francia", añade. Así también publicará el primer tomo de la etapa moderna completamente inédito, el número 51 de la colección, Peligro, Zorkons, de Vehlman y Chivard. "También ha sacado a la calle una integral, y a finales de año llegará la tercera serie popular", detalla. Una de esas integrales reúne las etapas de los últimos 70 y primeros 80, con los autores Nic y Cauvin y posteriormente sus sustitutos, Tome y Janry.
