Cuentan que un director clásico (¿Budd Boeticher?) se negó a rodar en Monument Valley por considerarlo territorio sagrado de John Ford. Con Woody Allen y Nueva York ocurre algo parecido. Cualquier comedia urbanita con pareja de mediana edad lleva irremisiblemente al director de Annie Hall.
Cuando seamos jóvenes liba demasiado del judío. O mejor dicho, de su discípulo Whit Stillman, que intentó trasladar a Eric Rohmer a la jungla de asfalto. Baumbach supera al segundo sin alcanzar al primero y tercero. Los protagonistas de esta película (Stiller y Watts) se distancian de sus amigos cuando estos procrean y congenian con una pareja más joven (Driver y Seyfried). Buscando desmarcarse de Allen, Baumbach arrambla varios temas sin acabar de definir su escalafón: la crisis de los cuarenta y añoranza de la vitalidad juvenil, la sutil presión social en parejas consolidadas por tener hijos, y la ambición profesional desbocada (en el personaje de Driver). Este, con diferencia, es el que tiene más chicha, inquiriendo donde está la raya roja, el listón ético, en los documentalistas. Si deben ser amanuenses invisibles, como Frederick Wiseman, o pueden ceder a egos populistas como Michael Moore. La profundidad de esta trama no acaba de hermanar con la previsibilidad de las anteriores. El disperso guión, sin calificarlo de fallido, se disimula con el ajetreo por pisos y locales de la Gran Manzana y el buen hacer de los actores. Stiller sigue desesperado por mostrar su versatilidad y casi lo consigue; Watts se muestra tan sólida, discreta y segura como siempre; Seyfried apenas puede lucirse; Driver, aunque algo inexpresivo en primerísimos planos, tiene una percha y juego corporal muy llamativos y prometedores.
Mientras Seamos Jovenes
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Nacionalidad: Estados Unidos, 97 min.
Director: Noah Baumbach
Actores: Ben Stiller, Naomi Watts, Adam Driver, Amanda Seyfried
Cines: Augusta, CineCiutat, Cinesa Festival Park
