La Seu es "un ser viviente", según el deán de la catedral, Joan Bauzà. La razón es sencilla. El edificio se sigue utilizando, en ella se celebra y se va mejorando para que no se deteriore. Por ello, en los próximos meses se anunciará la finalización de las obras del campanario y la restauración de las campanas. "Será un placer poder volver a disfrutar de los grandes avisadores", comenta Bauzà.
No es la única renovación que quieren hacer ya que el 27 de noviembre empieza el año Ramon Llull. El misionero ya cuenta con presencia en el portal principal, pero a pesar de ello le quieren dar más protagonismo. Por ello, en la capilla del Sagrado Corazón, en la que hay muchas sepulturas de llulistas le van a hacer un homenaje. Asimismo, a finales de septiembre se canonizará a Fray Juníper Serra, que está representado en el templo, pero "ahora que será santo, intentaremos aumentar su presencia".
De igual manera, esperan poder restaurar los tapices flamencos. Bauzà asegura que "hay que reformarlos ya que lo necesitan". Todo ello son trabajos que tienen un elevado coste, pero que gracias a la entrada turística se pueden realizar. "El visitante ve que se invierte en la propia iglesia", asegura el deán.
Además, siempre ha habido un tema delicado en torno a la Seu, se trata de la luz que penetra en el edificio. "Si entra mucha, ciega la visión del pueblo de Dios", recalca Bauzà. Pero explica que la Santísima Trinidad es luminosa. Por ello, el tema es polémico. Siguiendo con el asunto, recuerda que hay dos partes de cristales que están rotos y puntualiza que se están planteando arreglarlas.
Este año se celebran los 100 años de la muerte del Obispo Pere Campins. El religioso colaboró con Antoni Gaudí en la reforma de la Seu. Bauzà no deja pasar por alto las modificaciones que hicieron y por ello las trata en el libro Entender la Catedral de Mallorca.
Por una parte, eliminó las barreras arquitectónicas que impedían que se pudiera ver por completo el círculo "invisible". Este nace en la primera parte que se empezó a construir y llega hasta el portal principal.
No es lo único que modificó ya que también trasladó el coro que estaba en el centro de la catedral y lo situó al final. Por este motivo, "cuando una persona entra, la primera sensación que tiene es la espacial", explica Bauzà.
Gran intervención
La última gran intervención que ha tenido el templo fue la de Miquel Barceló en la Capilla del Santísimo. La obra no estuvo exenta de controversia ya que muchos criticaron el arte del pintor. Bauzà explica que siempre ha habido polémicas cuando se ha intentado introducir estilos diferentes. Pero la verdad es que el barroco o el renacimiento entraron sin problemas. "Siempre es un riesgo pensar si lo que se va a poner va a resistir al tiempo", declara el deán.
