Nuevos aires soplan en Marivent. Aquel palacio que en los últimos 40 años ha visto crecer al Príncipe de Asturias, independizarse, casarse y formar su propia familia presenta un nuevo formato. Con Felipe VI y doña Letizia como monarcas el veraneo de la Familia Real en Mallorca ha dejado de ser el que fue a los largo de las décadas precedentes. El verano de 2014 marcó el cambio. Hay nuevos reyes y una reina madre, parece que definitivamente aposentada en Marivent. También hay ausencias, la más sobresaliente la de don Juan Carlos.
La presunta animadversión de la reina Letizia al estío mallorquín consta suficientemente documentada. Cuando los nuevos monarcas pisaron el año pasado suelo palmesano, muchos respiraron tranquilos. Se mantenía la tradición. Sa roqueta seguía siendo la residencia oficial de las vacaciones estivales de la Familia Real. Dejaron titulares: "Mallorca es un trozo de cielo en la Tierra" o "Pensamos venir siempre". Se nota que Letizia es periodista de formación. Mensajes directos, claros y rotundos. Eso sí, otro titular que no salía precisamente de la boca de los monarcas era: "La Familia Real comprime todas las tradiciones habituales en una semana". Los posados, las audiencias con las autoridades, el despacho con el presidente del Gobierno, la recepción en la Almudaina y la presencia real en el Club Náutico? todo quedaba constreñido en una semana. Con su "pensamos venir siempre", la isla perdona el escaso tiempo que los reyes pisan sa roqueta. La realidad es que Mallorca es el destino de las vacaciones laborables de Letizia, ya que sus auténticas vacaciones llegan después de hacer escala en Marivent. Los Reyes y sus hijas disfrutan de unos días en familia en un paradero que por motivos de seguridad no trasciende. Ya lo decía la entonces princesa de Asturias en 2011 preguntada sobre sus vacaciones: "¿Pero usted cree que esto son vacaciones?".
En su primer año de reinado, el autor de "Mallorca es un trozo de cielo en la Tierra" volvió a abrir Marivent como en los viejos tiempos para su posado para los medios de comunicación. Hacía siete años que la residencia veraniega había quedado al margen de este tipo de actos. Los Reyes, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía se sometieron a una sesión fotográfica y saludaron a todos los periodistas. Don Felipe elogió Mallorca y expresó su confianza en poder volver todos los años. No faltaron las carantoñas y los monarcas se mostraron felices y sonrientes. En su primer verano demostraron con pruebas que hay renovación en la Casa Real. La tradicional cena de vacaciones para las autoridades se transformaba en un cóctel cercano, servido de pie y tomaba un cariz aperturista en la lista de invitados. Los reyes se abrían a la sociedad mallorquina.
Y este verano, el patrón se repetía: nuevo posado real junto a las privilegiadas vistas a la bahía de Palma que ofrece Marivent y nueva reafirmación de su amor por la isla. La escalinata de la entrada queda para el recuerdo y elijen un paisaje diferente con mar de fondo. También hubo recepción con mucha presencia de políticos y una visita de Letizia con las niñas al Club Náutico de Palma para despedir al Rey antes de embarcarse en el Aifos. El único ritual que no se ha repetido este verano ha sido el posado en familia en algún paraje mallorquín.
