Las coreografías de Marius Petipa nunca dejan de sorprender. Son un referente y por eso no cansan vistas una y otra vez. Si además unimos el nombre del coreógrafo al de Lev Ivanov, otro imprescindible, el interés se multiplica.
El lago de los cisnes debe ser, si no el más representado de los ballets rusos sí uno de los más frecuentes. Los aficionados tienen la posibilidad de contemplar la belleza de sus escenas repetidamente.
El pasado domingo el Ballet de Moscú llenó el Aditòrium de Palma con una puesta en escena de esa obra tan inspirada de Tchaikosky. Y lo hizo a través de la coreografía de esos dos grandes, Ivanov y Petipa.
Con unos decorados efectistas, construidos a partir de las clásicas telas pintadas y que dejaban un amplio espacio escénico para la danza, la formación que dirige Timur Fayziev supo captar la atención del público una vez más.
El Ballet de Moscú no es una de las compañías mejores del mundo, pero sí una de las que convencen y de las que permiten, con sus numerosas giras, que los títulos más emblemáticos puedan disfrutarse de forma habitual en los lugares donde no existen compañías estables que puedan ofrecerlos.
No es el caso de nuestra isla. En Mallorca hay mucha afición al ballet y sí existen aquí compañías nuestras, más o menos estables, que cada año nos sorprenden con sus montajes, algunos de ellos atrevidos. Pero la aportación que hacen esas otras compañías de fuera es un valor añadido que aumenta el interés por la danza. Y que sea así por mucho tiempo.
El lago de los cisnes
Auditòrium de Palma
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Ballet de Moscú
Fecha: 16/08/15
