Martina Miró tiene 10 años y lleva desde los 4 bailando. Se podría decir que lleva la danza en su sangre, su padre Carlos Miró es bailarín y ha inculcado su pasión por el baile a Martina y a su hermana Júlia, la mayor. A su edad, Miró ha ganado tres campeonatos del mundo. El primero lo logró en 2013 y desde entonces no ha dejado escapar el oro en la competición.

Martina está enamorada de las acrobacias y por ello prefiere el baile contemporáneo porque "es más libre que el clásico y puedes introducir pasos de cualquier estilo o hacer piruetas". "Cuanto más trabajas, más te diviertes", explica Carlos.

La de Alaró parece la niña de oro ya que esta semana ha ganado el programa de IB3 Petits. "Martina, que se pone nerviosa ante las cámaras, pierde la vergüenza cuando se sube al escenario", confiesa su padre. "Conocí a mucha gente y estoy muy contenta por haber ganado", comentó la bailarina sobre la experiencia vivida en el talent show de la cadena autonómica.

"Martina tiene un alto nivel. Es verdad que los demás concursantes llevan menos años en sus disciplinas. Creo que si hubieran llevado más tiempo, el concurso hubiera sido más complicado", comenta el bailarín. "A raíz de Petits hemos notado que la gente de Alaró tiene mayor conciencia sobre el esfuerzo que estamos haciendo", declara el padre.

Por si fuera poco, en la actualidad participa en el programa de TVE Insuperables. "Vimos el anuncio y pensamos que era una oportunidad para afrontar la televisión y proponernos otro reto. Lo importante no es ganar, es presentarse y enfrentarse al público", argumenta Carlos Miró.

La preparación de una bailarina no es fácil, se requiere esfuerzo y trabajo. Tiene que acondicionarse físicamente, ensayar pasos de contemporáneo y pasos de clásico así como entrenar las coreografías. A pesar de ser un entrenamiento exigente, Martina asegura que "ya lo tiene asumido". "El momento más difícil es cuando ensayamos nuevas coreografías", expresa Carlos Miró.

Disciplina y constancia. La preparación de Martina y su hermana durante el curso escolar habla por sí sola: de 9 a 14 horas van al colegio. A las tres inician el primer ensayo. Una hora después, empiezan las clases con las barras. Estas lecciones en la Escola de Dansa d'Alaró que dirige su padre se extienden hasta las ocho de la tarde. Cuando llegan a casa es momento de ponerse con las tareas de clase. Luego toca desconectar y descansar para poder afrontar un nuevo día con energía.

En verano, la rutina cambia. "Lo único que interesa ahora es mantener la forma". Por ello, acuden día si y día no al estudio de danza. "Cuando acaban de ensayar salen a jugar a la pelota o vamos un rato a la playa", afirma Miró sobre la rutina que sigue la estrella mallorquina.

Planes futuros

Ha llegado una época de cambios para la familia Miró y, por ello, se van a vivir a Portugal. "Las niñas irán a una de las escuelas más importantes de Europa", manifesta Carlos quien explica que él y su mujer Carmen formarán parte del equipo docente de la institución. Junto a la familia Miró acuden dos niñas de la escuela.

Sin duda, es una apuesta de riesgo que hará que la niña se tenga que aclimatar a otro ambiente pero su padre asegura que ya han estado en Portugal haciendo algún curso y tienen amigos en el país luso. No es el único estado extranjero que han visitado las niñas ya que también han viajado a Estados Unidos, Francia o Rumania. Las crías tienen muchas ganas de ir a un país donde "la gente vive la danza con mucha pasión". "Están contando los días para que llegue el 1 de septiembre", revela Miró. Además, añade que en Portugal no es necesario definir que es danza ya que ahí la ven como una profesión.

Las pequeñas son admiradoras del Ballet de Moscú. Por ello, este fin de semana están de enhorabuena ya que la compañía rusa visita este fin de semana la isla. Además, Carlos adelanta que también participan en las clases de los bailarines y que los miembros "alucinan con lo que hacen". La obra favorita de Martina es Don Quijote así que ayer disfrutó con la representación de la obra en el Auditòrium de Palma.