Es evidente ya que los americanos están intentando convertir a Ethan Hunt en su James Bond. Para marcar terreno propio, Cristopher McQuarrie ha recurrido a la vía sibilina. Regala a los isleños los papeles de malos (Sean Harris), payasos (Simon Pegg) o bobos (Tom Hollander, Simon McBurney) y se queda con los de buenos-inteligentes-habilidosos-cabezotas por el bien del planeta. La pitufita de turno es una sueco-británica. Con las crecientes audiencias (y financiación de filmes) de países árabes, orientales o eslavos, cuesta cada vez más elegir un colectivo o etnia para demonizar. McQuarrie tira por la calle de en medio, agentes renegados de múltiples países que han cedido a los cantos de sirena del líder de un vaporoso 'Sindicato'.
Esa ausencia de raíces en la organización se aplica también al protagonista. A diferencia de Bond, Hunt tiene una personalidad menos definida, en ninguna de las cinco entregas se han esforzado por darle algo de profundidad, complejidad, alguna arista, alguna debilidad. Y Tom Cruise tampoco parece desearlo. Por eso los mejores momentos de la película, para el que busca algo más que persecuciones y mamporros, los protagonizan los actores con personajes más reconocibles. Los piques entre Jeremy Renner y Alec Baldwin o las patosadas iniciales de Pegg tienen gracia sin llegar a la parodia. En esa primera parte destaca también el suspense durante la representación de Turandot, con destellos de Hitchcock o Coppola. La segunda parte del filme es muy plana, limitándose a reiteradas escaramuzas de perseguidores y perseguidos por exóticas o emblemáticas localizaciones. Ah y puestos a elegir, entre Bond y Hunt un servidor se queda con Bourne, Jason Bourne.
Misión imposible... nación secreta
Estados Unidos, 131 min.
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Director: Cristopher McQuarrie
Actores: Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Jeremy Renner, Simon Pegg
Cines: Augusta, Ocimax, Porto Pi, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor
