Chico conoce chica. Preciso: joven carpintero que acaba de perder a su padre (Azais) conoce a hija de un cliente (Haenel) obsesionada con ingresar en un cuerpo elitista del ejército. Se apuntan a unas prácticas de supervivencia promovidas por la institución y, en fin...
La sinopsis promete. De hecho coincide (excepto en antagónico género, tono y edad de los protagonistas) con Moonrise Kingdom de Wes Anderson. Sin embargo Thomas Cailley no ha cuajado el argumento. Se atasca, sin llegar a hundirse, en una tierra de nadie entre drama social (el origen modesto del protagonista masculino frente la situación acomodada de la chica), dramedia postadolescente (las dudas de ambos sobre sus vocaciones o proyectos de futuro) y película de acción. Hay además un reguerillo, runrún de publirreportaje (quizás es una paranoia mía), de ensalzamiento de las virtudes castrenses en sus valores más homologables: motivación, formación, trabajo en grupo, rumbo definido y camuflaje de las esencias violentas. Y los personajes, aunque dan bastante juego, están un poco encorsetados; ella en su papel de marimacho, él en el de musculitos sensible. Con los actores ocurre lo mismo, dan el tipo, hay química entre ellos, pero no llegan a saltar chispas, en parte por su limitada expresividad en los primeros planos. En la realización se evidencia la inexperiencia de Cailley, ritmo más pausado de lo que pide la historia, escaso riesgo en la fotografía y riffs musicales algo estridentes. Película entretenida, sin duda, aunque corta en el desarrollo del universal y muy vigente tema, el desnorte de muchos jóvenes cuando finaliza, sin preaviso, su adolescencia.
Les combattants
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Nacionalidad: Francia, 98 min. Director: Thomas Cailley. Actores: Adéle Haenel, Kevin Azais, Antonie Laurent, Helene Labrede. Cines: Augusta.
