Diario de Mallorca

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Crítica de música

Cabaret Pollença

Dueña del escenario. Lo llena y se apodera de él, con gestos, con palabras,con silbidos y con susurros. Ute Lemper no canta; dice, rumorea, expresa, seduce, provoca, anima, emite, omite, engancha, atrae, cautiva, enamora, ilusiona, conquista, encandila, entusiasma?

Gran dama de la escena, la artista se marcó una tournée, un journey, un voyage (son sus palabras) musical con salida y llegada a Berlín, pasando por Praga, New York, Buenos Aires, Santiago de Chile, París, Londres... Y nos hizo partícipes de su travesía, nos contó su trayecto. De esta forma supimos de la casa de Pablo Neruda, de las extravagancias de Charles Bukowski, de los contactos entre Bertold Brecht y Kurt Weill, de cómo mata el tiempo Léo Ferré o de la María de Astor Piazzola.

Ute Lemper se transformó en trompeta, en bailarina, en directora de orquestra, en maestra de ceremonias. Pero también fue Edit Piaf, Liza Minelli sin Bob Fosse y se aproximó a Marlene Dietrich.

Y todo en hora y media de espectáculo junto a dos instrumentistas de primer nivel. Tanto Vana Gierig al piano que cuando no acompaña a la diva se sitúa junto a John MacLaughlin o Quincy Jones, como Victor Hugo Villena al bandoneón, un solista calificado de expresivo y emotivo por el New York Times y que tanto acompaña a Ute Lemper como forma parte de un proyecto como Arborescence con el que recorre cinco siglos de música desde el gregoriano hasta el tango moderno, ellos dos son grandes artistas que hacen posible que el espectáculo no decaiga en ningún momento, que vaya de menos a más, que funcione como un reloj. Nada se deja al azar, todo milimetrado, sin sorpresas, sin inventos. Ute Lemper no improvisa. Eso es cosa del jazz.

Ute Lemper

Claustre de Sant Domingo, Pollença

****

Ute Lemper, voz

Vana Gierig, piano

Víctor H. Villena, bandoneón

Las tango in Berlin

05-80-15

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