Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Roger Hodgson: "Perdí el nombre de Supertramp por ser joven y no saber de negocios"

"La gente me dice que canto mejor: antes era introvertido y ahora conecto más con el público"

­­Los setenta relampaguean en Roger Hodgson: pantalones negros de pitillo y camisa blanca tejana. Melena gris jesucrística sobre los hombres. En Magaluf, donde va a encontrarse con la prensa, su aspecto es una maravillosa extravagancia. Sincera y sin cortinaje. Un flashback. Frente a las pieles chocolateadas y tatuadas de las tumbonas, el fundador de Supertramp ruega no posar bajo un sol africano. Sin embargo, no tarda en desdecirse ante las peticiones de los gráficos, que desean levantar acta de su presencia frente a una de las playas de Calvià. "Mallorca es un lugar especial, me encanta estar aquí", se lanza Hodgson, que en el pasado visitó la isla hasta en tres ocasiones, siempre sin actuar. Una tradición que hoy rompe con el concierto que ofrecerá a partir de las 22 horas en Port Adriano.

Acompañado de cuatro músicos de aúpa, el repertorio no es otro que el de las canciones que cantó y escribió para Supertramp: The Logical Song, Give a Little Bit, It´s Raining Again, Take the Long Way Home, Dreamer o Breakfast in America, entre otras.

"Es un concierto de Supertramp pero sin el nombre de Supertramp", aclara el también compositor. Consciente de que no puede pasear el nombre de la banda por el mundo tras llegar a un acuerdo verbal con el otro fundador de la misma, Rick Davies, el artista lleva años tocando en lugares más pequeños, "donde se produce una magia especial con el público y siempre hay sorpresas".

La juventud y escasa habilidad con los negocios le jugaron una mala pasada al británico. "La verdad es que no pensé que Davies fuera a seguir con el nombre de Supertramp", confiesa decepcionado. "Recibo muchos mails de seguidores descontentos tras ir a un concierto del otro 50% del grupo, pero yo no puedo hacer nada ahora mismo más que decir lo que pasó", reflexiona. La respuesta que Hodgson recibe cada noche del auditorio es la golosina que endulza la puñalada que le asestó su excompañero. "Llegamos al acuerdo de que él se quedaría con el nombre pero no podía cantar mis canciones. Hace cinco años, rompió ese pacto", relata. "La primera vez que eso sucedió me apené mucho. Me costó aceptarlo, pero ahora ya no me quita el sueño", agrega.

El paso del tiempo no ha erosionado la voz aguda del cantante. "Aún llego a las notas más altas", comenta. "La gente me dice que incluso canto mejor. En el pasado era tímido e introvertido y la conexión que tengo ahora con la gente es mucho mayor. Me siento más conectado conmigo mismo y mis sentimientos, con la banda y con el público. Estoy pasando por un buen momento", añade.

En su opinión, los temas que escribió para esa banda crisol de rock progresivo, pop y éxito comercial continúan funcionando "porque vienen de un lugar muy profundo: de mi dolor, mis sueños, mi alegría, vienen de un lugar inspirado y honesto. Jamás pensé que fueran a perdurar tanto tiempo. Y no me canso nunca de cantarlas", concede."La gente me dice que canto mejor: antes era introvertido y ahora conecto más con el público"

Hodgson reconoce que algo cambió en él cuando abandonó la música durante 20 años. "Después de estar 14 con Supertramp y alcanzar un enorme éxito, me sentí desilusionado con lo que pasaba con la banda y la industria musical. Necesitaba parar. Quería cambiar de vida: tuve dos hijos y mi propia familia", relata.

La decisión de volver a la carretera la tomó después de actuar de manera dispersa por España. "Sentí una conexión especial con la gente y me di cuenta de que era el momento de volver", señala.

Canciones sin grabar

A día de hoy, el artista continúa componiendo entre concierto y concierto. "Debo tener entre 60 ó 70 canciones que aún no he grabado", calcula. El lugar del que salen éstas es el mismo del que surgieron los temas de Supertramp: "mi amor a la vida, a Dios, a la paz, lo que sucede en el mundo o los retos del hombre", enumera Hodgson. Un discurso -y ética- también muy setenteros emulsionados con el profundo cristianismo del músico de Portsmouth.

Para él, la vida no ha cambiado sustancialmente desde los setenta a esta parte. "Todos tratamos de buscar la felicidad, descubrir quiénes somos realmente, buscar nuestra esencia. La música es un reflejo de su tiempo, pero sólo las buenas canciones con profundidad y verdad perduran", subraya. "La buena música siempre trasciende y es la que hace sentir a la gente un poco más feliz y da alguna respuesta o incluso genera nuevas preguntas", concluye el artista, que se sorprende cada vez que en el auditorio divisa rostros de las nuevas generaciones.

Compartir el artículo

stats