Desde Velázquez hasta Instagram, el retrato de un Rey es más importante que su discurso. Un centímetro de falda de Letizia desborda en comentarios a las obras completas de su marido. Sometidos a su imagen hasta el punto de expresarse únicamente a través de ella, los Reyes tienen el honor del posado masivo bajo una luz privilegiada. Mallorca ilumina a la Familia, la rescata del claroscuro mesetario que empequeñece la gama del espectro a las variedades dispersas del gris. En el lugar exacto donde pintó Miró, príncipe del cromatismo, el Rey se hace hombre.
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