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Salud

Chanclas, los riesgos de ir cómodo

"Hay que optar siempre por sandalias que lleven algún tipo de sujeción", recomienda el doctor Josep Claverol

Chanclas, los riesgos de ir cómodo

Con la llegada de los días de calor y las largas jornadas de playa y piscina, las chanclas pasan a convertirse en la prenda estrella del verano. Son ideales para dejar que los pies respiren y descansen del cautiverio al que han estado sometidos durante los meses de invierno. Y también para evitar el contagio por hongos en espacios públicos. Sin embargo, según señalan los expertos, su uso prologando y abusivo puede suponer graves perjuicios para nuestra salud y bienestar.

"La chancla es un calzado totalmente inadecuado", afirma el especialista en Podología Pedro Aloy Felani. Desde luego, "no es un zapato para llevar las 24 horas del día porque el pie suda", apuntan desde la Clínica Gloria Cid Martín. Aunque también señalan que "estos riesgos varían dependiendo de la persona o de la manera de andar de ésta".

Dicen que para presumir hay que sufrir pero no a cualquier precio. Una de las enfermedades más comunes entre los que no se separan de sus flip-flops es la fascitis plantar. Al ser un zapato plano, el músculo de la flascia plantar se estira y se inflama, provocando graves molestias. Esta enfermedad empeora cuando quienes la padecen son personas con sobrepeso que llevan una vida sedentaria.

Los podólogos añaden que las chanclas aumentan la posibilidad de torceduras y esguinces, "pues son un tipo de sandalia que no lleva ningún elemento de sujeción y el tobillo tiene total libertad de movimiento". Su uso prologando o simplemente su mal uso pueden provocar el agarrotamiento de los dedos de manera crónica. Además de tendinitis, rozaduras, ampollas o agrietamientos producidos por la hipersequedad. Para solventar este último problema, los expertos remarcan que "es fundamental hidratarse perfectamente los pies". Asimismo recuerdan que es muy importante protegerlos del sol durante estos meses del año, "porque al llevar el pie totalmente descubierto la radiación solar los quema".

El grosor de la suela de una chancla no es suficiente para amortiguar el impacto contra superficies duras, como el asfalto. Es por este motivo que se desaconseja utilizar chanclas durante los quehaceres diarios. Su fina suela de goma tampoco proporciona un soporte adecuado al resto del cuerpo. Esto provoca que la persona "tenga problemas en la pisada". "Al ser un calzado que no sujeta para nada el pie, ese movimiento anormal de apoyo de la pisada se produce sin ningún tipo de control y eso puede ocasionar patologías diversas en las rodillas y tobillos", explica Josep Claverol. Los cortes en la planta del pie y en los dedos también son una constante entre los que se niegan a renunciar al zapato por excelencia durante los meses de estío.

Todos coinciden en que se subestima la importancia que tienen los pies para nuestra salud en general. "Esta parte del cuerpo es la gran olvidada", sentencia Josep Claverol. "La gente no es consciente de que un maltrato a esta importante extremidad puede provocar desde molestias en la espalda hasta dolores de cabeza", agrega.

El podólogo Aloy Felani denuncia que "existe una incultura absoluta y total" al respecto, pero afirma que "no es culpa de la gente, sino del sistema nacional de salud. Pues hasta la fecha, la Podología no esta considerada una especialidad que esté al alcance de la población".

Periodos cortos de tiempo

La importancia que tiene el pie sobre nuestra arquitectura corporal es indiscutible y, si no, que le pregunten a Aquiles. Por eso hay que cuidarlos y prestarles especial atención. Esto no quiere decir que debamos renunciar de manera radical a las chanclas. Pero sí limitarnos a utilizarlas durante periodos cortos de tiempo y en los espacios para los que fueron diseñadas, como playas, piscinas o gimnasios.

Éstos son algunos de los contras, pero las chanclas también cuentan con dos grandes ventajas. Por un lado, su comodidad y, por otro, como explica Aloy Felani, "siempre que la chancla sea de cuero o piel, son ideales para que el pie transpire en verano y reciba ventilación". Claverol comenta que en un clima como el mediterráneo, con temperaturas tan altas, "evidentemente el pie tampoco es bueno que vaya completamente cerrado, pero sí debemos optar siempre por sandalias que lleven algún tipo de sujeción".

Desde Podología Claverol, señalan que los riesgos de las chanclas son mucho más acentuados en adultos que en niños. Pues, la piel de estos últimos posee muchas más propiedades y, por ende, tienen menos riesgos de sufrir este tipo de problemas cutáneos. Cuanto mayor es la persona, menos elasticidad tiene la piel, menos agua retiene y más sequedad presenta.

Y entonces, ¿como sería la chancla ideal? Ésta debe cumplir una serie de requisitos. En primer lugar, debe tener suelas de cuero o de piel gruesa y que éstas sean semirígidas y no se doblen. En segundo, deben sujetar el empeine y el tobillo. Asimismo han de llevar puntera y parte posterior, y "si puede ser tapada a tiras, mejor". "Siempre debemos buscar la máxima sujeción posible", recomiendan desde la Clínica Gloria Cid Martín. Elegir modelos de materiales nobles, reemplazar nuestras chanclas cada tres o cuatro meses y asegurarnos de que elegimos la talla correcta, son algunos de los consejos que dan los expertos para evitar que los pacientes llenen sus consultas a final de verano.

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