Aorillas del Loira se encuentra Nantes, una ciudad innovadora donde el arte siempre ha permanecido como telón de fondo. Julio Verne, el mariscal Pétain, un elefante de 48 toneladas, castillos, proyectos artísticos, un bestiario fantástico, cruceros fluviales, conciertos y un sinfín de exposiciones temporales, constituyen el marco de origen de cuatro creadores que llegaron a Mallorca en el vuelo V7 2800 para realizar una residencia artística. De su trabajo en Alaró surgió esta colectiva, que no sólo agrupa a cuatro autores de la galería RDV de Nantes sino dos espacios experimentales. De ahí la idea de pensamiento nómada, de movilidad artística, de intercambio de experiencias, de reciprocidad cultural.
En Addaya aterrizaron Jean-François Courtilet, Béatrice Dacher, Olivier David y Michel Gerson para residir en Mallorca unas semanas y desarrollar un proyecto de investigación que pudiese favorecer a la reflexión y a la discusión crítica de nuestra contemporaneidad. La colectiva resultante agrupa las obras de Jean-François Courtilet, que realiza dibujos con una iconografía relacionada con el universo gráfico y con doble lectura, a menudo en tono humorístico, sobre el paso del tiempo y la condición humana. Recomposición de la memoria a través del objeto cotidiano es lo que ofrece Béatrice Dacher a partir de sus bordados y pinturas en telas, elevándolas a la categoría de objeto casi perturbador. Nuestro paisaje interior se vuelve reminiscencia íntima: confidencias, secretos, deseos?, que se escapan a cualquier clasificación.
David Olivier, por su parte, presenta una videoinstalación en la que combina imágenes reales con animación virtual con la idea de insertar al espectador en un ambiente imaginario. Pero, ¿de qué manera combinamos estas dos ideas aparentemente opuestas?
Michel Gerson trabaja el mapa cognitivo; ideas, conceptos y temas representados para organizar múltiples contenidos que estampa en telas. Fantasía onírica que parte de experiencias vividas y que acentúa la atención en crear procesos circundantes para que el espectador pueda imaginar y establecer caminos metafóricos. Aquí encontró tela de llengües, un tejido que a lo largo de la historia y las rutas comerciales ha llegado al mundo y ha sabido fusionarse con la modernidad. Un proceso experimental que han seguido artistas como Miquel Barceló para abrir nuevos significados y conservar la historia y la identidad de la cual somos portadores.
