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Ópera

Tchaikovsky cautiva el Principal

El teatro se ha arriesgado en su temporada operística y ha apostado por la producción de ´Eugene Onegin´, una de las óperas rusas más famosas - Los solistas advierten de que el idioma no será una barrera: "La música te penetra en el alma"

Un inmenso árbol toma el escenario y representa el mundo poético en el que vive Tatiana. Guillem Bosch

Los amantes de la ópera tienen el próximo domingo una cita con Tchaikovsky. En esta temporada, el Teatre Principal ha querido innovar, se ha arriesgado y ha puesto en cartel una de las óperas rusas más famosas y representadas en el mundo. Eugene Onegin cautivará a los espectadores, que quedarán seducidos por sus melodías. Las opiniones son unánimes. Las palabras de Fiorenza Cedolins, la soprano que encarnará a Tatiana, lo corroboran: "Me he enamorado de la música, te penetra en el alma". Su hermana Olga, escenificada por la mezzosoprano Cristina Faus ya avanza que Eugene Onegin "será un descubrimiento para los melómanos mallorquines porque la música de Tchaikovsky es arrolladora, te atrapa. El espectáculo les pasará volando aunque la ópera sea en ruso. Me ha cautivado el fraseo musical tan romántico que tiene".

Se trata de una ópera en tres actos que está basada en la novela homónima en verso de Aleksandr Pushkin. El director artístico del Principal y director musical de Eugene Onegin, José María Moreno, detalla que lo tradicional es programar óperas italianas. "Es una gran novedad que produzcamos la ópera de Tchaikovsky. Es una obra fascinante que explica una historia muy romántica", argumenta. "El público sinfónico mallorquín adora a Tchaikovsky y en esta pieza encontramos a un Tchaikovsky en su estado máximo de inspiración. Todos sus sentimientos más íntimos se reflejan en los personajes de Tatiana y Onegin", razona. Lo mismo opina Cedolins. "El texto tiene una profundidad introspectiva y en él se encuentra la personalidad de Tchaikovsky. Tatiana es la encarnación de la vida del compositor. No es una chica normal, tiene una sensibilidad casi patológica como el músico". "Me ha cautivado cómo la música revela los sentimientos de Tchaikovsky y cómo se interpreta la literatura rusa ya que gracias a la música uno descubre un nuevo mundo literario", cuenta Amelia Sierra, en el papel de Filipievna, aya de las hermanas.

"Dentro de Eugene Onegin descubrimos algunos de los momentos más bonitos de la literatura operística de todos los tiempos", añade Moreno. Y pone ejemplos: "El aria de la carta de Tatiana es un fragmento maravilloso, igual que la del adiós a la vida de Lenski, que es de una sensibilidad sobrecogedora". "El aria de amor de Gremin es una de las tres arias de bajo más queridas por el gran público", explica. Asimismo remarca que los números orquestados tienen un gran efecto y recuerdan al Tchaikovsky de los grandes ballets.

El idioma no será una barrera para disfrutar del espectáculo, a pesar de que cantar en ruso haya llevado más de un quebradero de cabeza a los cantantes a la hora de memorizar el texto. Una vez aprendido, los solistas admiten que es bonito cantar la obra. "La música supera todas las barreras del idioma, es muy cercana, muy cálida y muy popular", asegura Joan Miquel Muñoz, que encarna al comandante. Moreno detalla que una de las características de esta obra es que tiene muchos solistas: "Todos los personajes son importantes y a nivel teatral te obliga a tener grandes voces".

Josep Bros y Lee Pulis en el ensayo del viernes. GUILLEM BOSCH

El elenco está encabezado por Lee Poulis que se meterá en la piel de Eugene Onegin. Es el debut del barítono en la isla y en el ensayo confiesa que lo que más le ha costado ha sido memorizar las canciones a pesar de que el ruso sea una lengua muy bella. Si tuviera que elegir un instante de la ópera, no lo duda. "El momento más emocionante es cuando me doy cuenta de que estoy enamorado de Tatiana". El tenor Josep Bros también debuta como Lenski. "Tengo mucha ilusión de encarnar al joven poeta. Este papel llega en un momento muy dulce de mi carrera. Me encuentro en plena madurez artística y vocal. La producción está muy cuidada y el reparto es espectacular". Para aquellos melómanos más reticentes a acercarse a una ópera en ruso, Bros despeja sus dudas: "Eugene Onegin a pesar de ser rusa es como cualquier otra ópera. Los espectadores deben venir a disfrutar del espectáculo". Bros es de los que opinan que es mejor que el público asista a la función con una idea de lo que se va a ver. Así lo disfrutarán más. "La ópera es para todo el mundo y es una mezcla de todas las artes", insiste. El tenor Eduardo Aladrén se meterá en la piel de Lenski en la función del 13 de mayo. "Lo primero que me atrae de Eugene Onegin es la música de Tchaikovsky. Es muy melancólica y está llena de melodías atractivas para el público. Es fácil de escuchar. Pero para nosotros es un reto porque es la primera ópera en ruso, que es un idioma muy lejano para nosotros", confiesa. Antoni Aragón (Triquet) se ha "salvado del ruso", celebra entre risas, porque su personaje canta en francés.

La ópera por dentro

Las voces del Cor del Teatre Principal también participan de la temporada de ópera. Jaume Llull, fundador del coro, remarca que son aficionados y es una suerte poder estar en contacto con primera figuras del mundo operístico. "Participar en la ópera implica cantar a nivel de gran teatro cuando nosotros somos amateurs. Para un aficionado, es un honor ver la ópera por dentro", reconoce. "Los aficionados a la ópera no se la pueden perder. Es Tchaikovsky", argumenta convencido. "Es una ópera muy completa y romántica. Conocemos al Tchaikovsky sinfónico y al del ballet. Aquí lo tenemos todo con un reparto de primera". "La melodía es maravillosa y la música consigue la tensión dramática como en las óperas italianas", explica Llull. Caterina Torrens también es de las que admite que ha sido difícil cantar en ruso, pero, una vez aprendido, es "divertidísimo".

Eugene Onegin cautivará al público porque "todo en esta ópera respira romanticismo", ilustra el director de escena, Alfonso Romero, que traslada este romanticismo a escena con una estética poética y simbolista que refuerza visualmente el transcurso de los acontecimientos y el cambio psicológico de sus protagonistas.

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