Raixeta, possessió del municipio de Bunyola, situada en el camino que va de Raixa a las cases de Pastoritx, presenta un estado de conservación más que deficiente, una amenaza seria para las decenas de senderistas que a diario transitan por esta zona.

El esplendor de Raixa, la histórica finca hoy gestionada por el Consell, abierta al público recientemente tras un largo proceso de restauración, constrasta con Raixeta, abandonada, víctima del olvido.

A Raixeta se accede precisamente desde Raixa, por un camino público que desemboca frente a las cases. La curiosidad provoca que los senderistas se acerquen hasta sus muros de piedra y que algunos se adentren en la antigua vivienda, de grandes dimensiones. Las cases todavía conservan elementos originales, como el escudo de los antiguos propietarios -en la fachada principal- y restos de una almazara o tafona. En su interior hay signos evidentes de recientes hogueras y encuentros nocturnos. Las paredes están semiderruidas, abundan los focos de infección y los tejados cuelgan literalmente. El peligro es evidente y sorprende la ausencia de señales así como de un precinto de todo el recinto.