"Esa mujer hoy ha vuelto a nacer, porque ese disparo seguro que iba para ella", reflexionaba un lector impresionado como la mayoría por el llamativo suceso en el que un hombre se autodisparó al ver llegar a la Guardia Civil cuando esperaba a que su exesposa abriera el bar que regenta en Son Ferrer.

"¡Gracias que le ha visto, si no la habría matado!", exclamaban los vecinos todavía conmocionados, mientras los lectores pedían justicia: "Esperemos que este señor no salga por la puerta de atrás", rogaba alguien. "Mucho ánimo y ojalá puedas volver pronto a la normalidad", deseaban a la exmujer del hombre que fue ingresado en estado grave.

Pero si algo ha llamado la atención en el digital ha sido el conflicto en el seno de la familia del hotelero Jaime de Juan que destapó infracciones urbanísticas. ¿Falcon Crest, o Dinastía, a la mallorquina?, era la pregunta en las redes sociales donde la noticia corría como la pólvora, captando tanto defensores como detractores del conocido empresario silloter que alega que las denuncias contra él las realiza su yerno porque de repente "s'ha girat sa truita". Además, acusa a los cuatro hijos de su primer matrimonio de exigirle la herencia en vida. Sus vástagos lo niegan rotundamente y afirman que se trata de un "conjunto de difamaciones" de su padre que les está causando un "gravísimo daño moral" tanto a ellos como a sus hijos "que son sus propios nietos".

"Si solo escuchamos la versión de Caperucita, el lobo siempre será malo", comentaba un ciberlector, mientras otro suspiraba: "Cría cuervos..."

Ante este culebrón que mantuvo enganchados a los lectores, los trabajadores de Jaime de Juan se manifestaron para protestar contra lo que consideran una injusticia hacia su patrón, fruto de disputas familiares. "El caciquismo y sus siervos continúa vivo. Si cometió irregularidades que apechugue con las consecuencias, ya sea con la denuncia de su yerno o del hijo del vecino", opinaba un internauta.