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Entrevista

Carme Riera: "Lo peor de la Transición fue la omisión de un pacto de Estado para la educación"

Carme Riera, ayer, junto a la magna obra del Arxiduc, ´Die Balearen´. Alejandro Fernández

­­-¿Cómo miró el Arxiduc a Mallorca?

-La mirada del Arxiduc es una mirada amorosa. Lo que le cautivó y extasió de la isla es su belleza, una cualidad que continuamente resaltó en Somnis d´estiu ran de mar. La costa norte es mágica. Cuando la miras, casi te posee. Contemplarla es realmente un espectáculo inolvidable.

-En sus memorias de infancia Temps d´innocència, relata que usted misma veraneaba en esa zona, en la Marineta de Deià.

-Sí, la Marineta fue tierra del Arxiduc. Mi tío Fernando Estada, que era bohemio y pintor, era muy amigo de Antoni Ribas, quien se había casado con una hija del secretario del Arxiduc, Maria Lluïsa. Entonces mi familiar les compró un trozo de tierra que había sido del aristócrata, en concreto sa Marineta de son Bauçà. El Arxiduc compraba a los lugareños pequeños trozos de tierra que iba añadiendo a sus territorios porque él lo que quería era una suerte de reino, un principado en la isla. Él lo que no aceptaba era tener una finca aquí y otra finca más allá, sino que todo estuviera perfectamente unido. Y no paró hasta que toda su hacienda bajara al mar. Lo consiguió cuando compró s´Estaca.

-La finca de Michael Douglas que ahora está en venta.

-Sí, lo sé. Ya me gustaría a mí poder comprarla. Me encantaría.

-¿Le faltan a Mallorca miradas amorosas como la del Arxiduc?

-Sí. Si algunos de los ricos alemanes que vienen nos miraran con el mismo amor, no sólo aprenderían un poco de castellano sino también un poquito de mallorquín. Creo que también se inmiscuirían más en cuestiones de mecenazgo y se relacionarían más. El Arxiduc siempre afirmaba que había escrito Die Balearen como gratitud a estas tierras.

-¿Por qué está tan vigente la figura del aristócrata?

-Aparte del centenario, porque hay un antes y un después del Arxiduc para las islas. Die Balearen es una obra absolutamente fundamental y que aún está vigente en según qué aspectos. Nadie antes había compilado una obra tan importante. El Arxiduc era un científico positivista que compilaba datos a partir de la observación directa de la naturaleza. En la exposición hay muchos cuadernos suyos con notas y dibujos.

-Según la exposición, le obsesionaba el Mediterráneo.

-La mayor parte de obras que escribió son del Mediterráneo: un 33% de las islas y un 55% de distintos puntos de dicha zona. El 13,8% de sus obras son de fuera del Mediterráneo. Quizá eso guarda relación con lo que planteó por primera vez Sevilla: que el Arxiduc quizá fue un informante del emperador. En la exposición enseñamos un telegrama en el que el emperador le dice al Arxiduc que puede viajar a determinado lugar sin ningún problema. Es decir, el Arxiduc, siendo totalmente libre en cuanto a movimientos, siempre pedía permiso al emperador para viajar. Eso muy raro.

-¿El Arxiduc estaría a favor de la ecotasa?

-Yo creo que sí. Por mi parte, creo que es un impuesto tan mínimo que si revierte también en el turismo me parece bien.

-Parte del legado de Lluís Salvador, miradores y otras construcciones en la Serra, está en peligro.

-Es una de las cosas que habría que conseguir que se rehabilitara. Ojalá la restauración de esos elementos se consiga en un año conmemorativo como éste.

-Se ha publicado una edición especial por el 40 aniversario de Te deix, amor, la mar com a penyora.

¿Cuán especial era este libro que fascinó a tantos lectores?

-No lo sé. Debió ser aquello de estar en el lugar oportuno en el momento preciso. Yo era muy joven. Contacté con mucha gente de mi generación pero también con otra gente más joven aún. Es un libro que aún se mantiene. Me sorprende y emociona que cuando hay una novedad mía todavía haya quien se acerque con este libro tan viejo.

-En ese libro ya estaban todas las claves de su literatura.

-Algunas sí, aunque otras no. La ambigüedad está: siempre me han interesado más las preguntas que las respuestas. Sobre todo porque, muchas veces, las personas que guardan el misterio son más interesantes que aquellas que no lo guardan. El Arxiduc fue del primer tipo. En estas narraciones también está el amor por la libertad. Yo he intentado siempre ser una persona libre. Es un concepto que tengo muy aprendido. En Te deix está también el interés por las mujeres y por aquellos elementos no convencionales.

-Ha habido huelga de estudiantes contra el decreto Wert. ¿Qué opina de esta reforma universitaria?

-Ayer [por anteayer] di clase en Barcelona. En la Autònoma no se siguió la huelga. Yo creo que el decreto Wert está en un momento muy curioso porque no sabemos si el PP va a volver a ganar las elecciones. Por tanto, ¿ese decreto se va a aplicar? Es posible que no. Otra cosa del decreto es que no hay obligación de aplicarlo y que los rectores están en contra. Esta reforma es otra barbaridad no sólo atribuida a Wert sino también al plan Bolonia. Un plan al que yo me opuse siempre porque me parece un desastre. Yo volvería a los planes de cinco años y a las asignaturas como las dábamos antes, porque no es verdad que fueran lecciones magistrales. Por ejemplo, yo no puedo enseñar literatura si no enseño práctica, es decir, textos. El plan Bolonia, que es nefasto, lo debieron confeccionar personas que jamás se dedicaron a la enseñanza y que debían estar en un despacho. Homologarnos a Europa me parece muy bien, pero Alemania no lo ha aplicado. Sólo lo hemos aplicado los desgraciados. Lo peor de la Transición, lo que yo no le perdono, es precisamente que no hayan sido capaces ni la derecha ni la izquierda de plantearse una visión de estado en cuanto a crear un buen plan de enseñanza. La sucesión de reformas educativas ha sido un desastre y una vergüenza.

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