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Arco Madrid

Mallorca seduce a los coleccionistas

Los reyes inauguraron ayer la feria madrileña sin detenerse en las galerías isleñas. Los marchantes mallorquines calificaron ayer de "muy bueno" y "mejor que el año pasado" el nivel de ventas registrado en los dos primeros días de la cita artística

Don Felipe y doña Letizia pasan ante la galería mallorquina Maior, con Jero Martínez en primer término. Modem press

­Los reyes Felipe y Letizia, en contraste con lo que había sucedido en ediciones anteriores, pasaron ayer de largo, durante la inauguración oficial de ARCOMadrid 2015, por los espacios que las galerías mallorquinas -Pelaires, Horrach Moyà, Maior, Xavier Fiol, L21 y Kewenig- tienen en la 34ª edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, pero, confirmando la impresión que el miércoles tenían los propios galeristas nada más abrirse las puertas de la feria, los coleccionistas no se están poniendo de perfil ante las propuestas artísticas que presentan en Madrid las galerías de Mallorca y el nivel de ventas, en palabras de los propios marchantes artísticos, va desde el "bueno" al "muy bueno" pasando por el más comú "mejor que el año pasado".

Decía hace unos meses el consagrado escultor mallorquín Bernardí Roig, cuya obra Practices to catch 2014 cuelga del espacio en ARCO de Kewenig, que él no es pesimista sino "que soy optimista a la manera de Bacon: optimista acerca de nada". Pues bien, el optimismo de los galeristas de Balears el primer día de ARCOMadrid no estaba cimentado sobre la nada sino sobre bases sólidas, como una trayectoria que ya viene de hace muchos años y unas propuestas artísticas de calidad, sin experimentos raros. Algo que definió muy bien Pep Pinya (Pelaires): "En esta edición de ARCO tonterías, las justas".

Los reyes flanqueados por Wert, Botella y González. Modem press

Como no es ninguna tontería el espectacular motor de avión que preside la entrada del stand de Pelaires en la feria, una gran pieza de acero y metal con la que el mallorquín Guillermo Rubí logra hacer poesía, poesía posmoderna, pero poesía al fin y al cabo o, en su defecto, música. Como en esos cuadros en los que Rubí mezcla acrílico, esmalte y spray sobre lienzo o aluminio para modificar y distorsionar imágenes fotográficas con el fin de generar en el espectador una duda permanente. Unas obras de Rubí en Pelaires, dos esculturas y un cuadro, que comparten espacio con la maestría de Guillem Nadal para generar espacios, la artesanía del hierro de Rafa Munárriz, el lirismo de Amparo Sard o la elegancia de Rachel Howard y Rebecca Horn.

Dos preciosas esculturas de la ya consagrada Susy Gómez, donde se veía el puntito rojo de ¡vendido!, destacaban en Horrach Moyà junto a los fantásticos árboles, que muchas veces dejan ver sus raíces, del cubano afincado en Mallorca Jorge Mayet y que tanta aceptación están teniendo entre el público en la presente edición de ARCO. Árboles suspendidos por hilos invisibles que le dan a la obra un punto de vista surrealista, onírico, que nos traslada al mundo de los sueños.

Las formas elipsoides de las esculturas del artista y arquitecto afincado en mallorca Santiago Villanueva destacaban en Xavier Fiol, junto a obras de Lawrence Carroll, Frank Gerritz, Herbert Hamak o Cecilia Paredes. Villanueva estaba "contento" porque parece que la obra que tengo expuesta en ARCO está gustando, lo que se corrobora en ventas y encargos que han salido de la feria, "no me puedo quejar", reconocía ayer. Sus elegantes obras en poliestireno, resina y laca conviven con dos grandes piezas, de la serie Evidents, realmente bellas.

Un vestido-escultura de Susy Gómez, en la Horrach Moyà. Modem press

La apuesta de Maior por artistas consagrados como José Manuel Broto, Joan Cortés, Luis Gordillo o Amador, sin duda, está funcionando en ARCOMadrid, como aseguraba la responsable de la galería de Pollença Jero Martínez. El palmesano Amador, por ejemplo, muestra en la feria dos trabajos bien diferenciados en la feria. Por un lado "dos esculturas de una serie que se llama De ayer y de hoy, figuras de poliuretano antropomórficas que voy trabajando, envolviendo de capas, de resina, de diferentes telas... Y, por otro lado, una especie de figuras en tránsito en un paisaje extraño, ambiguo".

Mientras, el espacio The apartament de L21, con el que la galería mallorquina ha ganado el Premio Ron Barceló Imperial, se llevaba los elogios de los visitantes de la sección Opening. Como también recibía un buen número de visitantes el stand del Govern en la feria -reseñar que ayer estuvieron visitándola los consellers de Educación y Cultura y Turismo y Deportes, Nuria Riera y Jaime Martínez, respectivamente-, o los grandes cuadros de Miquel Barceló en la galería Elvira González, dos obras de 1988 y 2005 con un precio aproximado de 350.000 euros cada uno. O el Miró, procedente de la Fundació Pilar i Joan Miró de Palma que se muestra en el espacio del Govern, y que algunos pretendían comprar a pesar de no estar en venta. Y es que algunos clásicos, pese a todo, nunca pasan de moda.

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