Cuando hablamos de historia, el hallazgo de un documento a veces puede cambiarlo todo o casi todo. Es el caso de la reciente recuperación del desaparecido Llibre de cartes i exàmens del Col·legi de pintors i escultors començant 1659 fins a 1724, que permitirá dibujar por primera vez el organigrama de formación y trabajo de todos los artistas que desarrollaron proyectos en Mallorca entre el final del reinado de los Austrias y el principio de los Borbones, "una época importantísima para el arte de la isla pues coincide con la época más exuberante del Barroco, que marcó por ejemplo la fisonomía urbana y arquitectónica de este casco antiguo de Palma que ahora podemos ver desde el Arxiu del Regne", señala entusiasmada la doctora Mercè Gambús, que muestra a DIARIO de MALLORCA el manuscrito, ahora depositado en la institución de la calle Ramon Llull, dirigida por Ricard Urgell. Así, la historiadora y el archivero del Santuari de Lluc Pep Barceló acaban de publicar un volumen con un estudio introductorio sobre el documento, firmado por Gambús, y su completa transcripción, que ha corrido a cargo de Barceló. El tomo, editado por Lleonard Muntaner, y que cuenta con el apoyo de la dirección general de Recerca i Universitats, se presentará el próximo 11 de febrero, a las 20 horas, en la remozada sede del Arxiu.
Comenta la también profesora de Historia del Arte en la UIB que el libro, que llevaba aproximadamente 120 años desaparecido, contiene una serie de traslados de actas notariales relativas a cartas de aprendizaje o contratos -en prácticas, podría decirse- entre los mozos y los maestros pintores o escultores, así como los exámenes correspondientes de los aspirantes a dichas profesiones, entre otras notas de utilidad. "Todo ello nos va a permitir situar muchas cosas y que acaben de encajar las piezas del puzzle. Se va a abrir el conocimiento acerca de muchas obras importantísimas que se hicieron en esa época en la isla", subraya la profesora. Así, el documento rescatado ofrece un directorio de artistas, las composiciones de los talleres de pintores y escultores, cuáles fueron esas empresas y dónde se concentraron, cuál fue la formación de los artistas, qué conocimientos se les requería, qué habilidades ostentaban, etc. Una información que ayudará a establecer con rigurosidad el mapa artístico mallorquín y a partir de ahí identificar las relaciones laborales entre los artistas y sus posibles autorías o participaciones en ciertas obras que hasta ahora se desconocían. "En definitiva, ¡se ha abierto la caja de Pandora!", exclama Gambús.
De toda la historia del gremio y el Colegio de pintores y escultores de Mallorca -que funcionó entre 1485 y 1785-, "este libro es el único documento que se conserva", explica la investigadora especializada en la Edad Moderna, quien asegura con cierta rabia que su tesis doctoral y la de otros "habrían sido distintas si hubiéramos contado con este fundamental documento". La primera noticia de su existencia la transmitió en 1889 Bartomeu Ferrà, en concreto en un Bolletí de la Societat Arqueol·lògica Lul·liana. "Pero pensé que quizá se había quemado a raíz de un incendio que tuvo lugar en 1894 en el Ayuntamiento de Palma, que era donde se supone que estaba depositado este libro", relata Gambús. Una documentación pública -la de los gremios, "porque era de las Administraciones Corporativas", puntualiza Urgell- que debería haber estado depositada en el Arxiu del Regne.
Las sospechas de que el documento podía estar en circulación comenzaron en 2010. "Hasta que en 2012 pude determinar su localización en manos privadas, en concreto de un particular que había fallecido hacía dos años", revela la profesora. Es en este punto cuando entran en juego las gestiones del director del Arxiu, Urgell, quien finalmente consiguió la incorporación del libro para ponerlo a disposición de los investigadores.
El motivo de que no ingresara este pliego en la institución de custodia documental en el siglo XIX lo acarrea Gambús al hecho de que el Colegio de pintores y escultores fue el primer gremio en suprimirse, "y bastantes años antes que el resto de corporaciones", asegura. Hay que recordar que en 1778 se creó la Academia de Nobles Arts de Palma, institución fundada a raíz de los Decretos de Nueva Planta, cuyo tricentenario se cumple este año en la isla. "Poco después, en 1785, la promulgación de una Real Cédula ordenaba desde Madrid la supresión de las corporaciones de pintores en todo el Estado", refiere Gambús. No fue hasta 1836 cuando otra Cédula suprimía el resto de gremios y agrupaciones de oficios, fecha en la que debieron depositar legalmente toda su documentación. ¿Acaso no lo había hecho ya el Colegio de artistas, el primero en desaparecer? ¿Qué sucedió entre 1785 y 1836? Nadie lo sabe. Un misterio. La sede del Colegio de pintores y escultores estaba ubicada en la iglesia del convento de los agustinos de Nuestra Señora del Socors de Palma. Allí se salvaguardaba una caja con el libro. "¿Se lo llevaron los artistas que quedaron? ¿Se lo quedó la iglesia? Sea lo que fuere, la pista del documento se perdió totalmente", narra Gambús, tratando de atar cabos en esta compleja trama.
En el estudio introductorio de la edición de Lleonard Muntaner, la historiadora enfatiza algunas cuestiones que contextualizan el libro colegial y su interpretación. En primer lugar, comenta que el periodo que abarca el libro encontrado (1659-1724) coincide con una etapa de transición entre la dinastía de los Austrias y los Borbones. Una época de cambio y reformas en la organización institucional y del Estado. "En esta etapa también concurre la importantísima reivindicación de los artistas -sobre todo los que estaban a la vanguardia, que deseaban salir del Colegio- para que se les reconozca como intelectuales y profesionales liberales y no menestrales con un oficio, [las obras de aquella época eran colaborativas, realizadas por obradores a los que estaban adscritos los artistas]", comenta la historiadora, quien refuerza su análisis con la aportación de un corpus de hasta 23 apéndices documentales de la época, entre los que hay que enumerar los distintos estatutos de los artistas según su oficio (pintor, escultor, carpintero, etc.), solicitudes de reforma de los mismos, reglamentos, propuestas, instancias o incluso un documento con el método de restauración y limpieza de pinturas o cuadros al óleo.
Consecuencias del hallazgo
El hecho de poder trazar a partir de ahora el mapa de los artistas de Mallorca durante la época del Barroco más esplendoroso -que vio nacer imágenes tan emblemáticas como la fachada del Ayuntamiento de Palma, la del Palau Episcopal, el Consolat de Mar, el convento de les Tereses y muchas otras casas y palacios que se modificaron- traerá consecuencias. Gambús opina que toda esta nueva información debería influir directamente, además de en la futura investigación, en la gestión cultural: "en los itinerarios y recorridos que se realizan por Ciutat, por ejemplo". "Asimismo, este descubrimiento podría completar la información que se está recabando para la candidatura de Palma a Patrimonio de la Humanidad", agrega.
Además de las revisiones y nuevos relatos históricos que va a provocar el libro hallado, Gambús insiste en que este descubrimiento y recuperación no debería quedarse en un caso aislado. "Lo que ha sucedido debe servir para sensibilizar a la sociedad de que la documentación de archivo no sirve para nada estando bajo llave en un cajón. Un documento histórico que no está al alcance del estudio no tiene ningún sentido. Este libro tenía que estar aquí, en el Arxiu del Regne, al alcance de todos los investigadores. Nos alegramos mucho todos de haberlo recuperado", abunda dichosa la historiadora.
