El amor es extraño ****½ Nacionalidad: Estados Unidos, 98 min. Director: Ira Sachs Actores: Alfred Molina, John Lithgow, Marisa Tomei

Cines: Rivoli, CineCiutat

Una pareja de hecho en Nueva York. Él (Lithgow), 71 años, está jubilado; él (Molina), una década menos, dirige un coro cristiano. Tras dos décadas de disimulo salen del armario y se casan. Como era de temer los guardianes de la esencia cristiana despiden a Molina. La pareja se ve obligada a vender su piso e irse a vivir a con familiares o amigos hasta encontrar uno adaptado a su ingresos.

Esa separación es el corazón de El amor es extraño. Un drama urbano de vuelo bajo. Aparentemente. Lo que en publicidad se llama slices of life, rodajas de vida cotidiana. Porque lo que ocurre a los protagonistas es muy cotidiano: Lithgow intenta pasar de puntillas en el piso de una pareja con hijo en la edad del pavo; Molina, educado y sibarita, se asfixia en un apartamento que es ‘can bum'. El argumento no tendría más trascendencia si no fuera por el afinadísimo guión de Ira Sachs y Maurizio Zacharías. No le sobra ni le falta una línea, es triste sin llegar a deprimente, puntuado con gotas de humor en los momentos precisos. Guión reforzado por la realización, en línea con Richard Linklater o el Woody Allen más comprometido. Domado por la música de Chopin, serena, cálida. Y abrigado por unas actuaciones soberbias, la de Molina sobre todo, pero sin desmerecer las de Lithgow (repite cartelera con Interstellar) o Marisa Tomei. La película trata el tema del compromiso y la fidelidad para afrontar circunstancias adversas. Logra, con un argumento y una puesta en escena súper sencillos, que el espectador salga llorando y sonriendo a la vez.