Alicantino, de Elda, de 33 años, y perteneciente a una familia de sastres es sin duda el creador del momento. En la Mercedes Fashion Week Madrid ha conseguido en dos ocasiones consecutivas, primavera-verano 2014 y otoño-invierno 2015, el premio L´Oreal a la mejor colección. A pesar de su juventud su carrera es larga y sólida, con puntos de venta en medio mundo.

„¿Qué siente cuando le nombran diseñador revelación de la moda española?

„Se me ha puesto en el mapa y estoy súper contento pero lo he conseguido con mucho esfuerzo y trabajo. Llevo mucho tiempo haciendo colecciones pero todo comenzó con el premio de Vogue Who´s On Next. Supuso entrar en el circuito de la moda, el de verdad. Situarse es muy difícil.

„¿Qué es lo más difícil de esta industria?

„Crear una estructura empresarial que aguante temporada tras temporada la marcha y el ritmo que exige la moda. Es inversión y renovación continua, ferias, desfiles, captación de clientes, prensa?

„¿No le produce angustia, vértigo, ese examen implacable cada seis meses?

„No se lo pueden ni imaginar, y el de la búsqueda de estabilidad constante. Cuesta, se consigue poco a poco, sí, pero cualquier movimiento en falso puede suponer la catástrofe de la empresa.

„¿Cómo se enfrenta a la creación y a los números al mismo tiempo?

„Soy empresario a la fuerza porque en la casa somos cuatro gatos. Lo peor del mundo son los números y los llevamos en familia. Los detesto. Intento quitármelos de encima, a los números, pero al final no queda otra que estar a lo que mandan. Espero tener quien se ocupe de la parte material y yo dedicarme solo a divertirme creando.

„¿El dinero contamina la creatividad?

„Siempre digo que el estar cerca de los números contamina la mente porque va sujeto a querer continuar, a querer vender. Llegué a esta profesión de rebote, nunca había pretendido tener una etiqueta propia aunque en mi familia existe la tradición, mi padre es sastre y mi madre tiene una boutique de mujer. Nací en un ambiente de moda de verdad porque ellos son muy exigentes con el producto, y de niño ya jugaba con agujas y patrones. De repente me vi estudiando Bellas Artes, como una fórmula para retrasar el momento de meterme de lleno en el sector y para admirar a otros creadores que lo habían hecho antes, como Franco Moschino por ejemplo.

„¿Quería retrasar su entrada por miedo pero se preparaba para llegar a este mundo tan difícil de la moda?

„Sentía miedo, mucho, porque estaba aleccionado por mi madre Gracia Barragán y sabía que tenía que dar el do de pecho . Sabía que esta profesión es muy difícil y no solo eso, que en España todo es más difícil todavía. Al final conseguí superarme y ya estoy en la lucha.

„¿Qué diseñadores le inspiran?

„Los de antes, los que vivían un momento tan diferente al nuestro, tan irrepetible, que no puedo guiarme por ellos. Vivimos en un mundo muy loco, desenfrenado, difícil de seguir, mega industrializado. El sector de la moda devora colecciones a un ritmo desorbitado y explotará un día u otro. Lo que hicieron Chanel o Yves Saint Laurent empezando con una sombrerería y un pequeño atelier hoy es del todo inviable.

„¿Y cómo se llega a eso, solo con apoyo económico?

„Sí, es muy necesario. Es impresionante la inversión que hoy se necesita para desarrollar una colección de calidad que pueda competir en el mercado. Yo enfoco la mía a un prêt à porter alto, exquisito dedicado a gente caprichosa, yo creo en la mujer caprichosa, en aquella que quiere esa blusa y no puede vivir sin ella.