La guerra contra el tabaquismo no está ganada pero "los avances son importantes". Tres años después de la entrada en vigor de la ley antitabaco impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy, se ha reducido el número de fumadores, tanto pasivos como activos, y mayoritariamente se aplaude la norma, a pesar de las prohibiciones y de las denuncias y sanciones interpuestas por incumplimientos, que en Balears no dejan de descender. En cualquier caso, profesionales sanitarios y responsables de la salud pública recuerdan que "queda mucho camino por recorrer" y piden extender la prohibición del tabaco a "más espacios abiertos", como parques, paseos o playas.

Esta nueva batalla contra el humo ya se ha iniciado, en Mallorca y en las principales ciudades del mundo, como en Nueva York, donde se castiga llevarse un pitillo a la boca en Times Square, Central Park o cualquier otro parque, playa, embarcadero o plaza pública. Como consecuencia de unas denuncias efectuadas por usuarios en varios de los campos de fútbol del Marratxí, el consistorio de este municipio también ha prohibido fumar en todos los terrenos al aire libre dedicados a este deporte que sean propiedad del ayuntamiento y donde haya menores de edad, evitando así infringir la ley por omisión.

Desde 2011, la unidad de Sanciones de Salud ha resuelto en Mallorca un total de 376 expedientes con multas que han oscilado entre los 30 euros (179) y, en los casos de faltas graves, entre los 601 y los 100.000 euros (197). Los establecimientos sancionados por permitir fumar en ellos han sido 137 y el importe total recaudado se eleva a 501.458 euros.

"Vistos los resultados después de varios años esta ley ha servido para proteger la salud de las personas y conducir a los fumadores a dejar el hábito", asegura el director general de Salud Pública y Consumo, Luis Rafael Santiso, quien subraya la disminución que se ha registrado "en el número de fumadores y consecuentemente en las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco".

El jefe del Servicio de Neumología del Hospital Son Espases, Ernest Sala, maneja cifras de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) e indica que, desde la aplicación de la ley, el numero de fumadores pasivos se ha reducido en un 30 por ciento. También el de los activos, "que inicialmente, cuando se empezó con la primera ley, en el año 2005, incluso aumentaron; y ahora han pasado de un 22 por ciento a un 17-18 por ciento, unos datos muy positivos", remarca el doctor.

"La población, en su mayoría, ve favorable esta ley antitabaco", asegura Sala, quien apoya esta afirmación en las últimas encuestas, que señalan que de los no fumadores, más del 90 por ciento está a favor de la norma; en el caso de los exfumadores, más del 80 por ciento; y de los fumadores, un 65 por ciento la aplaude.

No obstante, la guerra continúa. "Hay que trabajar para que el número de fumadores pasivos siga descendiendo, porque ellos sí que no son en absoluto responsables de estar en contacto con una sustancia tóxica que produce enfermedades e incluso la muerte; y también es importante reducir el hábito tabáquico entre los jóvenes, donde se sitúa casi el 50 por ciento de la población fumadora. Si no lo conseguimos, en edad adulta continuarán con ese hábito y no reduciremos el impacto del tabaco", argumenta Sala.

Lógicamente, los fumadores activos siguen estando en el centro de mira. "¿Un consejo para dejar de fumar? Pensar en lo dañino y en los males que acarrea, como el cáncer de pulmón o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)", la cuarta enfermedad más mortal en el país -se prevé que en 2030 sea la tercera-, casi siempre causada por el tabaquismo, advierte la doctora especialista en neumología Antonia Fuster Gomila, responsable de la consulta monográfica de EPOC del Hospital Son Llàtzer.

"No vería con malos ojos un Passeig del Born libre de humos", confiesa el doctor Ernest Sala. "Cualquier aspecto que reduzca la exposición y la posibilidad de que alguien se adhiera al consumo de tabaco es muy positivo", agrega.