"El mundo de los adultos y sobre todo el culto a la juventud está arrasando el mundo de la infancia", sostiene la psicóloga infantil Fina Santiago, también portavoz adjunta de Més en el Parlament. Porque, ¿qué hace una niña de seis años vestida con poca ropa, bailando twerking con poses impropias de su edad y entonando el Get It Right de Miley Cyrus en un programa de televisión? ¿O cómo es posible que Suri, la hija de Tom Cruise y Katie Holmes, se pinte con carmín los labios y calce tacones con tan sólo ocho? Los expertos consultados por DIARIO de MALLORCA alertan de las consecuencias de la sexualización precoz de los niños y de la poca conciencia que hay del fenómeno en España en relación a otros países vecinos.

"Mientras la Lolita de Nabokov, modelo de las lolitas de antaño, entre 13 y 14 años, agradaba a Humbert por su inocencia a pesar de ser consciente de su capacidad de seducción, la erotización actual de las niñas se produce en franjas de edad inferiores, sorprendiendo incluso en casos de pequeñas que no superan los seis años", explica Santiago. "Pero es que además la erotización citada ya no la produce la inocencia sino que se busca a través del cuerpo, se pretende gustar a través del mismo, y por eso se visten con ropa sexy, se maquillan, etc.", agrega. "Y eso es porque el modelo cultural de éxito presente en nuestra sociedad, ya sea transmitido a través de la publicidad u otros medios, es el de la chica joven y atractiva; por eso el niño abandona la infancia lo antes posible para empezar a ser joven hasta bien entrados los 37 ó 38 años", reflexiona.

Juguetes sexualizados

El culto a lo joven y su posterior reclamo se filtra en la niñez a partir de los juegos, con los que también se aprenden los roles sociales. "La tipología de muñecas con las que se entretienen, cada vez más sexualizadas, supone un símbolo para las niñas", refiere Santiago. Y es que "los tiempos han cambiado: hemos pasado de querer copiar a nuestras hermanas mayores a querer ser actrices de cine", ejemplifica la también psicóloga Mar Bernad, actualmente doctoranda en hiperactividad infantil. "Ahora ya no es tanto querer ser mayor como incorporar el atractivo sexual a través de las prendas, las poses o el maquillaje", añade la psicóloga y sexóloga Paola Obrador. La televisión y el incumplimiento en España del horario infantil, la industria textil, que incluso vende bikinis con relleno para las niñas, los vídeos musicales de las estrellas del pop o internet son las otras fuentes de erotización señaladas por los expertos, una erotización en muchas ocasiones promovida públicamente "porque genera pingües beneficios económicos", concede Santiago, quien considera que en casos extremos este fenómeno podría conducir a experimentar el sexo de manera prematura y precoz. Según Obrador, podría incluso provocar algún tipo de desequilibrio en el comportamiento o a "una confusión sobre las claves de la identidad", afirma Santiago. "Es preciso respetar los tiempos y no hiperestimular su sexualidad. La inocencia es necesaria en los niños, igual que jugar, que además de ocio es una herramienta de aprendizaje", apunta Obrador. "Si se acorta la infancia, a los pequeños les hacemos asumir roles que no les corresponden y para los cuales no están preparados", agrega.

La sexualización precoz afecta en mayor medida a las niñas, coinciden los especialistas, por un factor biopsicológico. "Ellas maduran más rápidamente que ellos tanto mental como corporalmente", comenta Santiago. Y por otra parte, agrega Obrador, es un fenómeno que está muy ligado a la cosificación de la mujer, en el sentido de promover la imagen de mujer objeto. "A las niñas se las convierte en objetos sexuales con la ropa. En algunos establecimientos sólo ofrecen minifaldas y camisetas ajustadas para crías de ocho años, pero en general la ropa infantil que se hace es muy moderna y actual. El problema es cómo se enfocan y presentan esas prendas: a menudo se hace de manera adulta y excesivamente sexy", indica la experta en moda Tania Frau. Por eso, la presidenta de la extinta Fundació Ars Nova considera que sería adecuada la presencia de un psicólogo infantil cuando los niños estén haciendo de modelos en las campañas de publicidad para evitar comportamientos erotizantes. Así sucede ya en el programa Pequeños gigantes, comenta a este diario Angy, quien forma parte del jurado del talent show. "Los departamentos de vestuario y maquillaje también van con cuidado. A las niñas se les pone un poco de brillo en los labios y poco más, y cero tacones, todo con la finalidad de que se preserve la inocencia", abunda la actriz mallorquina.

Educar mejor y establecer límites

La conclusión inmediata de los expertos es que hay que mejorar la educación y en algunos casos alejar a los niños directamente de los factores que conllevan a una potencial erotización precoz. Para Santiago, sería imprescindible devolverle el valor a la infancia. "También habría que endurecer el control de estos mensajes de sexualización en horario infantil o tomar medidas de otros países, como Francia, donde el senado aprobó prohibir los concursos de belleza para menores de 16 años, o incluso que las empresas textiles redacten y cumplan un código deontológico en este sentido". En España, comenta, no hay ninguna ley que trate específicamente la hipersexualización infantil, un debate que debería abrirse urgentemente. "Ahora mismo lo que se puede hacer es actuar de la misma manera que se haría al ver un anuncio sexista: denunciar al Instituto de la Mujer o al de Consumo. También los padres pueden hacer llegar sus quejas al Defensor del Menor, pero siempre son cuestiones muy relativas. Por eso creo que sí podría ser necesaria una revisión de la legislación infantil", indica. De momento, la normativa española sólo obliga a los padres de menores a estar presentes cuando los pequeños trabajan de modelo en campañas publicitarias.

Por último, Santiago pone el dedo en otra llaga. Advierte de que se está produciendo una situación "totalmente incongruente", porque "nos escandalizamos mucho con la pedofilia, algo totalmente comprensible, por supuesto, pero estamos permitiendo que se erotice la infancia y que se produzcan y proliferen cada vez más contenidos e imágenes de niños utilizando un lenguaje sexual que no comprenden. Es absurdo".