Su experiencia al frente del Mercat de Música Viva de Vic o el Fòrum Internacional de las Cultures 2004 (Barcelona) y su reputación como periodista musical le han servido a Jordi Turtós para ser elegido director artístico del Sea Music, unas "jornadas de trabajo entre profesionales y músicos" que se celebran desde hoy y hasta el próximo sábado en Es Baluard, con 17 grupos sobre el escenario y 21 promotores entre el público.

"Esta primera edición está concebida como un experimento. Si funciona, la idea es consolidar las jornadas y celebrarlas con carácter bianual", señala Turtós, a quien le "sorprende que Mallorca no tenga un gran festival", algo que sí ocurre en un buen número de comunidades autónomas, sobre todo en aquellas salpicadas por el Mediterráneo.

"Ojalá el Sea Music ayude a despertar inquietudes. El Isladencanta fue un festival excelente, por desgracia desaparecido. El público y también los patrocinios determinan la continuidad de los grandes festivales", añade.

En Es Baluard coincidirán, en dos escenarios, grupos y solistas de renombre, como Maika Makovski o La Búsqueda, con nuevos valores, caso de Beach Beach, The Last Dandies, Misery Strings o Miquel Serra. "A los grupos les suelo pedir emoción, que logren mantener mi atención más allá de la tercera canción", aclara el que ha sido responsable de la selección de una cita con una partida de 40.000 euros.

"Ningún grupo cobrará. Todo el presupuesto va destinado a la producción -montaje de escenarios, equipos de sonido y luz- y gastos de transporte y alojamiento", aclara.

Entre los objetivos del Sea Music, Turtós destaca el de mostrar "las ricas, diversas y cosmopolitas propuestas" que se facturan en la isla y el de "inyectar un poco de autoestima entre los grupos mallorquines. Que tomen conciencia que aquí hay talento y una industria", subraya.

Si las jornadas se consolidan que nadie espere encontrarse a Turtós al frente de las mismas. "Eso deberían continuarlo gentes de la isla. Yo estoy aquí como maestro de ceremonias de una primera edición", aclara. Tampoco le veremos sobre un escenario, una experiencia que vivió en primera persona en la década de los 70, como batería del grupo Fruint: "La música nunca me frustró. Me enseñó muchas cosas, como a retirarme a tiempo".