Comienza la temporada y no cesan los tambores de guerra en el seno de sa Simfònica, cuyo comité de empresa pide la dimisión del actual gerente, Marcelino Minaya, y la convocatoria de un concurso público para que la gerencia deje de ser un cargo político.

Así lo decidió por mayoría la asamblea de trabajadores de la Orquestra Simfònica el pasado día 22. Después de dos años de conflicto, los trabajadores consideran que "el gerente, que ha intentado desmantelar la orquesta, no puede seguir al frente de la misma en un nuevo proyecto de la envergadura como el anunciado el pasado mes de agosto, ya que ha demostrado, sobradamente, que no está capacitado para sacarlo adelante".

En un comunicado, el comité de empresa recuerda que Minaya ha sometido al colectivo de trabajadores de sa Simfònica a "recortes y más recortes e impago de nóminas", "y ahora anuncia un nuevo proyecto que con el presupuesto ya tan reducido del Consorci es imposible ejecutarlo, sin explicar de dónde saldrá el dinero necesario para financiarlo. Su costumbre de faltar a la verdad ha acabado por perder la confianza del colectivo en su credibilidad".

Además, el Comité expone que el gerente dificulta todo su trabajo, "retardando al máximo la entrega de documentación necesaria para el normal funcionamiento de la empresa y llegando, incluso en algunos casos, a no entregarla, teniendo que acudir sistemáticamente a la inspección de Trabajo".

Los trabajadores también denuncian que se ha puesto en peligro la salud y sobre todo "la audición" de éstos, "todo para enmascarar que la orquesta ensaya en una sala inadecuada desde hace 25 años, que no cumple los requisitos".