­El maestro Josep Vicent dio ayer su último concierto como director de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears (OSIB), un concierto de despedida sin instrumentos pero con la presencia de músicos, solistas y melómanos que quisieron arroparle en estos "duros" momentos tras el despido fulminante del miércoles. Durante un año y medio Vicent ha elegido callar para el bien de la Orquestra pero ayer rompió su silencio en una multitudinaria rueda de prensa en el restaurante Bahía Mediterráneo. Cuando entró se encontró con su gente, que le ovacionó. Cinco minutos de sentidos aplausos que emocionaron al maestro y rompió a llorar. "En este último año y medio he vivido un auténtico calvario", una agonía de la que ha culpado al gerente de la orquesta, Marcelino Minaya.

Tachó de "maquiavélico" su despido. "Me tuvo trabajando hasta las cinco para inventarme una temporada a coste cero y dos horas después me dice que no encajo en un proyecto de internacionalización, pero si no me han dejado ni tocar en Manacor", confesó el maestro indignado. "En unas horas me marcho a Brasil a ver si se creen que soy un director internacional", añadió. Consideró que esta justificación es una "excusa" porque "desde 2004 he dirigido en 51 países". "A final de año me voy a China con The World Orchestra, luego a Rotterdam...", enumeró con ironía para desmontarles el argumento.

El ya exdirector reprochó a Minaya que le haya "boicoteado" importantes proyectos tanto económicos como musicales que beneficiaban a la Simfònica. "Para gestionar una entidad pública hay que evaluar posibles ingresos y gastos", dijo y explicó que el gerente había rechazado sus propuestas de traer músicos internacionales que habían aceptado rebajar sus emolumentos o, incluso, un proyecto con el fundador del Circo del Sol. También boicoteó una salida a China. "La orquesta está desequilibrada y no había ni para cubrir bajas", afirmó. Confesó que el argumento era siempre el mismo: "No hay dinero". Eso sí, el presupuesto sí existía si las órdenes venían "de la casa grande".

Ligado a la Simfònica

Un año ha sido suficiente para que Josep Vicent sintiera la Simfònica como parte suya. "Estoy ligado a estos músicos para siempre. Soy uno de ellos", confesó. "Siento una conexión profunda con los músicos, algún día, en algún escenario, la viviremos unos minutos más", unas palabras que arrancaron los aplausos del público.

De hecho, esta conexión se notaba en el escenario y los seguidores de la orquesta lo sentían. Por ello, en estas últimas semanas los conciertos se habían llenado hasta la bandera. Criticó el "sinsentido" de que la gerencia no publicitara las actuaciones y presentara la temporada horas antes del primer concierto. "¿Cómo quieren vender entradas", se preguntó. "La OSIB es una institución pública y su gerente debe gestionarla con sensatez", sentenció.

"Aún no he visto ni al president del Govern ni a la consellera que es la presidenta del consorcio de la orquesta en un concierto", reprochó. "Si hubieran visto el alma colectiva creada en el escenario, no hubieran dejado que pasara esto", añadió. "Los gestores públicos tienen que ser gente digna y preparada", aseguró. "No hay que tener miedo a contar la verdad. No pueden dejar gestionar 4,5 millones de euros (el presupuesto de la Simfònica) a un tipo sin experiencia", lamentó. "No puedo entender que en una sociedad avanzada, haya un gerente que funcione de esta manera. Elucubrando las 24 horas del día. Si regresa a dirigir una banda militar perfecto, pero si termina como director de un conservatorio, deseo que no sea en el que estudien mis hijos". De nuevo, aplausos.

También relató que tras las discuiones con Minaya, tenía que transmitir positividad y calma a los músicos. "Este señor no habla con la orquesta", confesó. "Nuestra arma es el sonido y no podemos esperar más a decir la verdad", afirmó rotundo. Contó que llevaba dos meses intentado acudir a la junta de gobierno con el fin de explicar cómo había conseguido una maravillosa temporada a coste cero pero, según dijo, el gerente había intervenido para demorar su presencia. El miércoles tuvo la oportunidad de hablar ante los representantes políticos. Aportó todos los argumento para demostrar que la justificación de que no encajaba para internacionalizar la orquesta era una excusa. "La consellera me llegó a decir que era incompatible con el gerente y le dije que no había abierto la boca en un año y medio. Me han engañado", resumió.

Tras sus explicaciones, músicos, solistas y melómanos intervinieron para agradecer la "enorme" labor que ha hecho el maestro para la Simfònica. Los músicos celebrarán una asamblea el martes para debatir si llevan a cabo algunas acciones porque están en contra del despido de Vicent mientras que desde la plataforma Osibizate han iniciado una recogida de firma de apoyo al maestro.

Vicent aseguró que atraviesa un "un momento muy duro" porque con su despido "se rompe una conexión muy profunda que no tiene nada que ver con contratos, direcciones artísticas ni política". "Son muchos meses para que el sonido sea uno para todos y eso es una pérdida tremenda", afirmó Vicent, que deseó "de corazón" que le vaya muy bien a esta orquesta". "Juntos podíamos haber encontrado un instrumento de auténtica internacionalización de estas islas. La modernización de la música clásica pasa por generar una personalidad propia ligada a la sociedad de la que cada orquesta forma parte". "La Simfònica estaba en este caminio, un camino que era una molestia", concluyó.

Las frases

En unas horas me marcho a Brasil, a ver si se creen que sí soy un director internacional"

Yo ya estoy ligado a los músicos de la OSIB para siempre, soy uno de ellos"

No puedo entender que haya un gerente que funcione elucubrando las

24 horas del día"

El argumento de que no encajo en un proyecto de internacionalización es una excusa. Desde 2004 he dirigido en 51 países"