­­"Antes siquiera de pensar en entrar en MasterChef yo ya quería abrir un bar de menús y tapas, ya estaba mirando locales. Sin pasar por ninguna escuela ni nada, a lo loco, así soy yo. Quería seguir con la tradición de mi padre", señaló ayer a este diario una radiante Vicky Pulgarín tras vencer el miércoles en el duelo final del popular concurso, el programa más visto del día, que se despidió con récord de temporada: 25,1% de cuota y casi 3,2 millones de espectadores.

"Mi padre falleció hace dos años pero es como si hubiera sido ayer. La verdad es que habría estado orgulloso porque le encantaba la cocina. Para mí ganar MasterChef ha sido como un homenaje para él, siempre lo he tenido presente, con su foto y unas flores en la mesilla de noche", confesó. "Ahora ya no puedo hacer un bar cutrecillo para pasar el mes, ahora tengo que hacer uno de esos de pijos, y me encantaría que mi madre y mi hermana, que son cocineras, trabajaran conmigo. Aunque ya se sabe, eso de trabajar en familia puede ser peligroso", explicó la cocinera, con "un don", según los hermanos Roca, Joan y Jordi, encantados con el menú que le dio la victoria, calificado de "alta cocina".

"Aún no me han llovido ofertas, porque llevo todo el día de entrevistas, en el hotel, y no me ha dado tiempo a salir a la calle, supongo que me llegarán muchísimas. Esto te abre las puertas, eso está claro", aseguró.

La intuitiva Vicky apuntó que "primero quiero formarme en la escuela Le Cordon Bleu, y luego hacer prácticas en todas las cocinas que pueda, aún tengo que aprender mucho para poder abrir mi restaurante".

A ese proyecto, enmarcado en la "cocina de vanguardia", destinará los 100.000 euros del premio, y tiene claro que lo abrirá en Mallorca porque es "muy isleña", y también muy de los suyos: "Soy muy familiar y estar lejos ha sido duro, aunque ahora que he estado fuera todos mis hermanos y mis sobrinos se mueren de ganas por verme. Me iré más a menudo para que me reciban así", contó entre risas.

"Ya me he enterado de la que liaron en Son Oliva. Ya le he dado las gracias a mi hermano, aunque le dije que prefería que no hiciera nada porque estaba segura de que nadie iría a verme y que quedaría muy mal, pero al final mira, se llenó todo", subrayó la masterchef.

Amiga de las celebraciones en familia, Vicky recordó que "desde siempre, el que cocinaba en mi casa para Navidad era mi padre, no cabían todos los platos que nos cocinaba y desde que no está, nosotros seguimos la tradición de cocinar y nos picamos a ver quién lo hace mejor. Este año seguro que me hacen cocinar a mi todo, los jodíos. Además cambiaremos algún plato de mi padre por los mios", explicó.

"Mi mejor arma en la cocina es que soy muy nerviosa, que al fin y al cabo es muy necesario", reconoció la concursante, que tiene un ingrediente de cabecera: "Lo que nunca debe faltar en mis platos es la cebolla, uso kilos y kilos, me encanta", relató.

El postre que cerró su propuesta ganadora en la final de MasterChef -mousse de aguacate con queso quark, pistachos y miel- es el plato del que más orgullosa se siente tras catorce semanas de concurso. "Me lo inventé yo, lo hice a ojo -odio pesar, reconoció al presentarlo- y estaba bueno".