En Estados Unidos se celebra un curioso concurso de belleza canina. Curioso y singular porque en Petaluma, California, cuanto más feo sea el perro, mejor. Los hay sin pelo pero con cresta. Con mucho pelo. Con extraña cara. De todos los tamaños. Pero el ganador de este año se llama Cacahuete. Y el jurado no tuvo dudas en elegirlo a él como el perro más feo del mundo.

Y en esta competición ser feo está pagado. Su dueña, Holly Chandler, se lleva a su casa de Greenville, en Carolina del Norte, 1500 dólares, unos 1100 euros. Que dice, utilizará para ayudar a perros como Cacahuete y como los de este concurso: animales de refugios y perreras, rescatados por sus dueños de un sacrificio seguro. Para poder demostrar en concursos como este que ser feo depende de los ojos que te miren y sobre todo que la verdadera belleza está en el interior.