El expresidente de Estados Unidos George Bush padre celebró su 90 cumpleaños con un salto en paracaídas, al igual que hizo al cumplir los 75, 80 y 85 años, en el estado de Maine, en el nordeste del país

Acompañado por un instructor, el exgobernante, que padece Parkinson, tiene dificultades para mover las piernas y se desplaza en silla de ruedas, se lanzó desde un helicóptero y descendió unos 3.000 metros durante varios minutos hasta aterrizar cerca de su residencia de verano en la localidad de Kennebunkport.

"Es un día maravilloso en Maine, de hecho, suficientemente agradable como para un salto en paracaídas", escribió hoy el expresidente en su cuenta de Twitter.

Cuatro generaciones de la familia Bush se reunieron para acompañarle en su salto: su esposa Barbara Bush, uno de sus hijos, el también expresidente George W. Bush, su nieta Jenna Bush, reportera de la cadena NBC, y su biznieta.

El 41º presidente de Estados Unidos tiene especial pasión por el paracaidismo, entre otras razones porque, en 1944, esta práctica le salvó la vida cuando, siendo piloto de un avión torpedero en el frente del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, fue derribado por y tuvo que saltar.

Una vez concluido su mandato en la Casa Blanca, Bush volvió a lanzarse en 1997 desde un avión en la localidad de Yuma, en el estado de Arizona, en el suroeste de EE.UU., experiencia que repitió más tarde para celebrar su 75, 80 y 85 cumpleaños.

Con el de hoy, el expresidente ha realizado ocho saltos en paracaídas a lo largo de su vida, según su oficina de prensa, y se espera que este sea el último.

A pesar de su avanzada edad, Bush prometió a su nieta Jenna Bush, en una entrevista televisiva hace dos años, en su 88 cumpleaños, que saltaría una vez más para celebrar sus nueve décadas de vida.

"Me queda uno más", dijo entonces Bush, que hoy cumplió con su palabra tirándose desde las alturas.