-Después de cinco años de su último concierto, ¿por qué regresan ahora a los escenarios?

-Teníamos ganas de que volviese el rock a nuestras vidas. Necesitábamos un poco de esa actitud frente a todo lo que está pasando ahora. Estamos en un momento en el que rock and roll ha de volver a la plaza del pueblo. En la escena de ahora hay demasiado guitarró y ukelele. Y ahora que tenemos cuarenta y pico años, cierta experiencia y ya con hijos, pensábamos que podíamos decir cosas nuevas.

-¿Qué pueden aportar de nuevo a lo que han dicho hasta ahora?

-En primer lugar, he de decir que en todo lo que estamos escuchando nuevo ahora rastreamos la misma música de siempre. Y uno se da cuenta de que todo está volviendo. Y que las bandas de ahora están dando mucha caña por internet. Nosotros lo dejamos en un momento determinado, y siempre pensé que si algún día volvíamos iba a ser para hacer las cosas mejor.

-¿Cuáles fueron los errores de Fora des Sembrat?

-Lo que nos pasó es que cuando entras dentro del mercado, éste no te deja ver según qué cosas. Y necesitas perspectiva para hacer canciones. Cuando entras en esta rueda, te intoxicas demasiado de ti mismo.

-¿Es este regreso una vuelta a los orígenes?

-Sí. Volvemos a juntarnos los fundadores de la banda y esto supone una vuelta al espíritu de los inicios.

-¿Qué puede adelantar del nuevo disco?

-Es curioso volver a trabajar juntos. El productor es Toni Pastor [el guitarrista de la banda] y lo grabaremos en el estudio de Tomeu Janer [el batería] y Pablo Ochando. En cuanto a las letras, nunca hemos sido un grupo de banderas, sino que seguiremos con nuestro mensaje romántico con rock y distorsión. Es un disco muy poético en las letras. Tenemos muchas ganas de decir cosas. Ahora preparamos seis canciones de temas cotidianos duros: uno habla de un suicidio que al final no lo es, es una crítica poética inteligente. Una crítica que puede trasladarse también a la situación actual que estamos viviendo.

-¿Cuándo lanzarán el álbum?

-La idea es que se publique pasado el verano, el próximo septiembre. Nuestra intención es presentarlo en el Mercat de Música Viva de Vic, que es donde también presentamos nuestro primer disco.

-¿Subirán los amigos o excomponentes de Fora des Sembrat al escenario como hicieron en aquel famoso concierto del año 2006 en Alcúdia?

-Iremos viendo. De momento, Joan Miquel Oliver [ex Antònia Font] vendrá a tocar con nosotros dos o tres veces este verano. Su paso por el grupo fue todo un aprendizaje y una declaración de intenciones para la banda.

-Y ahora que Antònia Font deja un hueco enorme, ustedes regresan.

-No volvemos para rellenar huecos. Nuestra vuelta no tiene ningún tipo de pretensión. Volvemos para tocar nuestro rock and roll. Que la gente elija después si quiere venir a vernos o no. Eso es todo.

-En la escena actual, hay músicos cada vez más ricos y una gran masa cada vez más pobre. ¿Ha desaparecido la clase media musical?

-Totalmente. En el aspecto creativo, esa desaparición nos ha conducido a descubrir diferentes espacios y escenarios. Es importante que los músicos sepan cómo está la situación. La parte media del mundo creativo se ha de buscar ahora otros escenarios, otras salidas, y uno se sorprende al ver cómo se está involucrando todo el mundo para salir adelante y hacer cosas. Volvemos a vivir un poco lo que sucedía en los ochenta, cuando la gente se hacía su videoclip o se buscaba la promoción. Ahora igual. Incluso con los medios tecnológicos que hay es más fácil. Por otra parte, creo que la parte creativa de la música es más enriquecedora ahora que antes.

-Fora des Sembrat, con artículo salat. Usted que también es colaborador en una radio y tuvo un programa en IB3, ¿sala?

-Yo soy mallorquín, y también salat, lo que pasa es que hablo catalán. Esto que acaba de pasar en IB3 es ya una confrontación, y creo que es hora de que enseñemos los dientes. Vivimos en un mundo de un surrealismo lingüístico brutal. Nosotros, cuando empezamos, nos insultaban casi, era un poco como lo de ahora: "hay que hablar mallorquín", nos decían. En la cuestión del salar en el seno de una entidad como IB3 debería tenerse en cuenta lo que dice la UIB, que es quien marca el modelo porque son los que conocen la materia. Nos quieren hacer creer que vivimos en el gonellismo. Y hemos de resistir a todo esto.

-¿Volverán las senyeres a los conciertos?

-En mis actuaciones no he visto nunca una senyera. No somos un grupo de banderas. Por otra parte, creo que un concierto no es el lugar adecuado para llevar senyeres. La lengua no debería tener banderas.

-¿Cómo ha evolucionado la relación con unas canciones que hacía un lustro que no tocaban?

-Los temas no han cambiado, son aplicables a todos los tiempos. Lo que sí he de decir es que todos esos temas los siento mucho mejor que antes precisamente porque he podido salir de esa intoxicación de la que hablaba. Ahora las puedo cantar mejor. Me las creo. Esas canciones empiezan a sonar ahora como me imaginaba en mi cabeza que deberían sonar. Suenan como me gustaría que sonaran.

-¿Volverá a acercarse a la política?

-Ahora mismo estoy decepcionado con lo que pasa socialmente. En mi caso, no me incorporé a unas listas [las del PSM para Calvià en 2011] para hacer política sino para echar una mano a los políticos. Para ayudar. Pero estoy tan decepcionado con los que nos gobiernan... La oposición tampoco lo puede hacer demasiado bien... Tengo afinidad con un partido político, es cierto, pero la tengo con toda la izquierda que me motive. Me refiero a esa izquierda que puede darme un discurso social. Estoy tan decepcionado que quiero ayudar a la sociedad, y a través de la música a lo mejor puedo arrancar alguna sonrisa. Mira, yo soy uno de esos estafados por las preferentes, me han engañado. Y todo el tema social es lo que me motiva. Es importante que el mundo de la cultura salga ya del armario. Con salir del armario me refiero a que es importante que gente que ha tenido un altavoz o la posibilidad de subirse a un escenario, músicos, actores, etc, debería comenzar a decir la suya y a perder el miedo. A mí me da igual que no me contraten porque soy de izquierdas. Con ello me están demostrando que he de hacer más trabajo todavía. Por otra parte, he de decir que yo no utilizo el grupo para dar un mensaje, pero sí quiero que se sepa que la persona que está encima del escenario cantando una canción se moja con tal tema o va a una manifestación.

-Muchos reniegan ahora de aquel rock català de los noventa. ¿Cuál fue su verdadero legado?

-Muchos grupos de ahora que dicen que no les gustan nada estas bandas como Sopa de Cabra deberían dar las gracias porque fue esta gente la que nos legó una industria que nos ha permitido sacar discos y todavía nos lo permite.