Se hace llamar Vermibus y su alias suena fuerte en Europa: artículos en Le Monde, en Der Spiegel o reportajes en Lodown Magazine, entre otros medios. Como todo artista que pinta en la calle, no revela su nombre verdadero ni se deja retratar. Sin embargo, ese pseudónimo (que proviene del latín CAro DAta VERmibus, carne dada a los gusanos, origen de la palabra "cadáver") es cada vez más apelado en los cenáculos artísticos de Centroeuropa. Nacido en Mallorca, su centro actual de operaciones está en Berlín, pero hasta el 12 de abril estará exponiendo algunos de sus trabajos en la reputada galería barcelonesa La Taché.

"Podría decirse que empecé a intervenir sobre el espacio público en Mallorca, aunque no hacía arte urbano, sino graffiti", comenta a este periódico el artista. "Por aquel entonces, arte urbano no era un término muy conocido y yo era muy joven para plantearme seriamente lo que estaba haciendo, pero fue un comienzo apasionante", confiesa.

Tras residir en Madrid ocho años, donde estuvo formándose y trabajando como fotógrafo para una empresa de publicidad, el artista realizó un viaje de descanso en Berlín. "Allí mis jefes me enviaron un mail justo antes de regresar comunicándome que no iban a contratarme más porque yo no cumplía los cánones de belleza que quería el cliente, a pesar de ser el fotógrafo y no salir en la fotos", relata. Este incidente fue la espita que encendió unas inquietudes personales que llevaban tiempo dormidas. A partir de ahí, se quedó a vivir en la ciudad alemana y decidió tomar un rumbo de vida absolutamente opuesto a aquél, "fiel a mi ética y a lo que pienso", comenta.

El isleño, que no pinta actualmente como los artistas urbanos de capucha puesta y con los pies potencialmente en polvorosa, trabaja en su taller con disolvente y pincel sobre aquellas imágenes de las vallas y carteles publicitarios que más le interesan. Para ello, antes ha de extraerlos -y aquí es donde asume riesgos- de las paradas de metro y autobuses. Sin embargo, sus acciones no terminan hasta que reubica los pósters intervenidos en una ciudad distinta. De momento, su trabajo (es efímero, y está resumido en el vídeo Dissolving Europe) ha podido verse en Ámsterdam, Bruselas, París, Milán, Viena, Praga y Berlín. También en Madrid y Barcelona. Con este proceso, Vermibus propone reflexionar a los peatones sobre las dinámicas del consumismo. "No estoy de acuerdo en no poder decidir si quiero ver publicidad en la calle o no", sostiene el artista.