­Mallorca pierde otra de sus históricas naves. El Cala Virgili, un motovelero que perteneció a la Naviera Mallorquina y cubrió rutas entre la isla y la península transportando mercancías, se ha hundido en aguas de Marsella. Una vía de agua en el que está considerado el último pailebote mallorquín de tres mástiles existente lo dejó inoperativo el pasado mes de septiembre. Era uno de los símbolos del viejo puerto francés, rebautizado como Le Marseilloise, y en los últimos años, desde que fue reconvertido en restaurante, había sido visitado por estrellas como George Clooney o Tom Cruise.

Ejemplo único del patrimonio marítimo mediterráneo, esta goleta de 42 metros que fue construida en Valencia en 1920 tenía actualmente su amarre en Marsella, frente al nuevo Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo (el MuCEM, diseñado por el arquitecto Rudy Ricciotti). En menos de diez minutos pasó de ser uno de los barcos-restaurantes más visitados por los turistas a ser objeto de una investigación por parte de los bomberos marinos que determinó que "las bombas de agua no funcionaron" en el momento del accidente, que se produjo en el mismo puerto, porque las autoridades francesas le habían denegado el permiso para navegar por razones de seguridad. El coste de los trabajos de reflotación eran elevados y se ha determinado que su destrucción se hará efectiva a partir de mañana, 15 de enero.

"Otra tragedia para el patrimonio marítimo de Mallorca, que lamentablemente ve cómo desapariciones como ésta se producen a menudo. El goteo es constante y la desidia por parte de las instituciones, terrible", expresó ayer al conocer la noticia Manolo Gómez, presidente de la Associació d´Amics del Museu Marítim, entidad que trabaja por la conservación, comprensión y difusión del patrimonio naval. "El Consell tiene las competencias en este campo, pero no hará nada, ni siquiera interesarse por el asunto", agregó.

El Cala Virgili, en sus orígenes, perteneció, entre otros armadores, a la Naviera Mallorquina, la empresa que más motoveleros dispuso. "El origen de los motoveleros -explica el experto Manuel R. Aguilera- lo tenemos sobre todo en los antiguos pailebotes, cuya construcción alcanzó su cénit durante la primera guerra mundial, siendo los astilleros isleños artífices de muchos de ellos (...) Fueron una parte importante del cabotaje nacional en unos años de falta de embarcaciones adecuadas, realizando navegaciones que en el Mediterráneo iban desde el sur de Francia hasta el estrecho de Gibraltar, pero que los podíamos encontrar en puntos del norte de España, golfo de Cádiz, Canarias y norte de África, transportando todo tipo de mercancías, como naranjas, sal o cemento".

El hundiminto del Cala Virgili se suma a una lista de accidentes sufridos por esta embarcación a lo largo de su historia. Uno de los más importantes se registró el 28 de octubre de 1968, cuando estando a la altura de Cala Llamp y en ruta de Barcelona a Palma con 257 toneladas de carga general, colisionó con el también motovelero Rubio, al parecer por avería de las luces de situación, que hizo que el Rubio no lo viera y lo abordara, hundiéndose éste último.

En 1970, la Naviera Mallorquina, que se estaba desprendiendo de todos sus motoveleros, lo vendió a la Naviera de Ibiza, que le conservó su nombre y lo dedicó al tráfico de cemento. Seis años después, la Asociación para la Salvaguarda y la Conservación de Naves Antiguas Francesas y Extranjeras (Ascanfe) se fijó en él y lo remolcó desde Eivissa a Marsella, una travesía que duró tres días. Para financiar su restauración se optó por una suscripción pública, con la participación de 212 empresas y personas privadas cuyos nombres se grabaron en una placa dorada instalada a bordo. En 1980 se le cambió el nombre, por el de Le Marseilloise, en honor a un barco de guerra francés de la época de Luis XVI. En 1982 se le construyó una cubierta nueva y en 1983 le pusieron tres palos nuevos, mucho más altos que los originales. En lo referente a su arboladura, poco tenía que ver con su concepción original, aunque sí se conservó su casco intacto. Desde 1992 funcionaba como restaurante y era alquilado para la celebración de eventos de todo tipo como bodas o cócteles.