Lo contemplaba el proyecto con que se presentó al concurso de dirección del museo y lo ha cumplido. Nekane Aramburu ha analizado y trabajado la colección propia de Es Baluard para sacarle el mayor partido (expositivo y didáctico) y poder explicar parte de la historia del arte moderno y contemporáneo a partir de sus piezas.

"En el museo tenemos que poner la historia", señaló la directora, apuntando a la esencia propia de los centros culturales que ostentan tal denominación. "Esto no es una kunsthalle, en la ciudad hay otros espacios con esas características, aunque también tengamos salas para exposiciones temporales", aclara la directora. Con este fin, muchos de los propios fondos de Es Baluard saldrán de los almacenes en aras de una nueva lectura de la colección, que quedará reagrupada y ordenada en una única planta, la baja (a nivel del suelo), que ayer ya mostraba una cara diferente, al menos en una de sus salas, en concreto la 2, dedicada a las vanguardias históricas. En las paredes, 28 piezas de los artistas Wifredo Lam, Picasso, Tàpies, Juli Ramis, Fernand Léger, Joan Miró, Maria Blanchard, Hans Richter o Nicolas de Staël, entre otros. "Hemos recreado también cómo las vanguardias exhibían la obra de arte; por ejemplo, hemos aprovechado el ángulo para mostrar una pintura de Wifredo Lam", indica Aramburu. Las cerámicas de Picasso, instaladas anteriormente en el piso superior del museo, han sido recolocadas y seleccionadas (ahora se muestra un número menor) en esta sala, exponente del cubismo y del surrealismo, movimientos que luego darán paso a las distintas abstracciones del expresionismo. Asimismo, la última obra de Tàpies funciona como transición al siguiente ámbito, donde se reubicará Ubú de Miró.

Esta primera fase de reordenación de la colección -en la que priman los criterios cronológico y pedagógico (hasta ahora los fondos permanentes estaban "desperdigados" y ahora podrá hacerse un recorrido ordenado y sin interrupciones por el arte moderno, las vanguardias, el arte contemporáneo y las últimas tendencias)- podrá ser contemplada a partir de hoy, día de puertas abiertas en el museo. El resto de salas que completan la relectura se inaugurará el 30 de enero, coincidiendo con el décimo aniversario de Es Baluard.

Aramburu explicó que, además de mostrar piezas de la colección, el discurso se completará en algunos casos con obras prestadas por Cort y otros artistas locales actuales (que ocuparán el último ámbito de la muestra), "elementos necesarios para explicar los engranajes históricos". La permanente, asegura Aramburu, estará expuesta durante un año, "pero no sin cambios, porque podrán sucederse en su interior algunos microcomisariados", comenta. Una manera de dinamizar los fondos, que también serán trabajados por el departamento de didáctica del centro.

Trabajar sobre la propia colección -catalogarla de nuevo, actualizarla e investigarla- es otra de las líneas que necesariamente se ha puesto en marcha con esta relectura de los fondos, titulada Implosió "porque hace referencia a una especie de explosión interior, es una metáfora de la reconstrucción museográfica que necesitamos, una construcción interior a partir de la colección del museo que va a provocar que nos expandamos a nivel local y desde ahí al exterior", considera Aramburu. Debido a esta nueva reordenación del museo -la colección se reservará en la planta baja-, el piso inferior (-1) acogerá las exposiciones temporales y el superior el gabinete y el observatorio, dedicados a monográficos o nuevas tendencias.