Blue Jasmine ****

Nacionalidad: Estados Unidos, 98 minutos. Director: Woody Allen. Actores:

Cate Blanchett, Alec Bladwin, Sally Hawkins, Bobby Cannavale. Cines: Augusta, Ocimax, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor.

El cuadragésimo episodio de las obras incompletas de Woody Allen recurre a una interesante adaptación de Un tranvía llamado deseo. Si la obra de Tennessee Williams mostraba a dos hermanas de una familia rica venida a menos, aquí las dos son de origen humilde. Una (Blanchett) ha sido astuta para trepar y casarse con un especulador financiero (Baldwin); la otra acepta su posición social y da tumbos entre espabilados de un barrio humilde de San Francisco. El reventón de la burbuja y su pareja (contado a través de flashbacks) fuerza a Jasmine a vivir con su hermana.

El retrato que hace Allen de los años felices del boom y los desalmados que lo inflaron es, aunque no cuente nada nuevo, demoledor. Los diálogos no son del todo fluidos, van con el piloto automático casi todo el tiempo excepto un par de escenas brillantes, la del chiringuito marítimo y la de Blanchett contando sus patologías psíquicas a sus perplejos sobrinos. Sin embargo, los personajes están muy afinados. Jasmine, incapaz de reconocer su lugar en el mundo, es engreída, falsa, alcohólica y adicta a los ansiolíticos; Ginger da las gracias cada día por vivir y se levanta tras cada tropiezo. La interpretación de Blanchett, con un papel hecho a su medida, es soberbia. El resto, con menos caras conocidas, le dan perfectos apoyos. Como guinda, la discreta (en sentido positivo) fotografía de Javier Aguirresarobe y otra deliciosa banda sonora. Si en los dos anteriores filmes Allen resucitó su vena cómica y su don para destilar encanto, aquí troca (sin llegar al extremo de Match point) chispa por profundidad.