A diferencia del verano, cuyo final acecha cada vez más, las ofertas culturales de la isla siguen sin decaer. Prueba de ello es el Festival de Música de Bunyola, que hoy celebrará su 29 edición, y cuyas entradas, gratuitas, deben recogerse en el ayuntamiento de dicho municipio. La belleza arquitectónica de la finca Raixa -nombrada Bien de Interés Cultural- servirá como escenario para dos figuras emergentes de la música clásica con gran proyección internacional: el violinista Francisco Fullana y el pianista Óscar Caravaca.

Los músicos interpretarán un programa nada sencillo que contendrá temas de Bach, Beethoven y Schumann. Sin embargo, Fullana aclara que para la ocasión han elegido piezas interesantes que se complementan unas a otras, pero que, aún perteneciendo a autores tan importantes, son poco conocidas. "Sobre todo -añade su compañero- hemos intentado que el programa quede equilibrado; que haya un buen recorrido histórico".

Estos dos prodigios de la música se conocieron durante sus primeros años de estudio. Ambos mostraron predilección por los ejercicios de audición y su competencia sana por obtener mejor nota se tornó en una amistad que les ha unido, también, sobre los escenarios: "Recuerdo cuando empezamos a actuar juntos. Yo tenía diez años y Óscar, quince. Entonces ya nos llevábamos bien y gracias a eso el proceso de preparación antes de los conciertos se convierte en algo muy agradable", asegura Fullana, quien, tras acabar sus estudios en la universidad neoyorquina de Juilliard, realizará un postmaster de dos años junto a Midori Goto. "A parte de la motivación que implica aprender con una de las violinistas más prestigiosas del mundo, Midori muestra gran dedicación hacia sus escasos y privilegiados estudiantes", asegura el joven.

Caravaca, becado en La Haya, también comenzará en breve sus estudios de pianoforte; aunque confiesa no tener tan claros los planes a medio plazo como su colega.

Estos instrumentistas suelen dedicar a sus ensayos diarios una media de seis horas, "dependiendo del repertorio y del día". Aunque Caravaca asegura tratar de no sobrepasar ese límite, puesto que estas actividades también requieren un esfuerzo intelectual importante. Un sacrificio que, para ellos, se ve recompensado: "No es fácil tener que estar constántemente entrenándote con un instrumento. A veces tienes que tomar decisiones, y si eliges apostar por tu carrera profesional deberás renunciar a algunas oportunidades. Pero te enriquece tanto que, al final, tienes la sensación de que ha merecido la pena", confiesa el pianista. Además, aseguran que, gracias a la música, también han podido conocer gente que procesa el mismo amor por el pentagrama que ellos, dando la razón, así, al famoso cliché de que la música es un lenguaje universal: "Es un lujo poder viajar a cualquier sitio, conocer a gente de distintas nacionalidades y crear, mediante los instrumentos, un vínculo muy personal y directo sin tan siquiera hablar el mismo idioma".

No obstante, los viajes y el poder codearse con los mejores músicos no son las únicas ventajas para Fullana. Durante su época estudiantil puede disfrutar de intrumentos tan exclusivos como el Francesco Goffriller de 1734 con el que tocaba hasta hace poco, o el Guarnerius que se le cederá durante los próximos dos años que estará en California. Piezas muy difíciles de encontrar, y aún más de costear, con las que se consigue mayor color en las melodías: "Cada instrumento es como un animal -argumenta Fullana-, requiere un tiempo para conocerlo y adaptar tu manera de tocar".

La situación en Mallorca

La pareja coincide en que en los últimos cinco o diez años se ha desarrollado mucho la música clásica dentro de la isla. Cuentan que ahora se organizan varios ciclos como el de Bunyola o el Pianino, en el que ambos han participado, que acogen tanto a jóvenes intérpretes como a artistas más establecidos. "Cada vez se expande más la música de aquí", sentencian.

Tampoco temen hablar sobre la polémica que este verano ha rodeado a la Orquestra Simfònica, sobre la que manifiestan su deseo de que se arregle lo antes posible para que una institución como ésta, con la que ambos han "tenido el placer de tocar", pueda continuar una actividad cultural que definen como "muy necesaria" en Mallorca.