Este verano la reina doña Sofía ha vuelto a dar una lección magistral de elegancia. Muchos notan que está siendo un verano distinto. De gran inquietud con respecto a las relaciones de la primera familia de España con Palma y con las Balears. El año pasado ya se vivió una situación parecida pero el desconcierto que la familia real está causando en Palma, lejos de calmarse como era de suponer, en un esfuerzo extra que debía provenir de los Príncipes de Asturias, herederos de la tradición monárquica que se basa fundamentalmente en las costumbres y en el amor a la tierra y a la casa, más que en ninguna otra premisa política, no ha sucedido. Todo lo contrario. Ha sido catastrófico. La espantada de doña Letizia ha causado un gran malestar, tanto que ya nadie quiere ni puede disimularlo.

El gesto del Príncipe de permanecer unos días más junto a su madre en cambio ha sido muy bien valorado, y es que en Mallorca llegaron a ser casi unos ciudadanos más. Queridos y muy valorados entre la ciudadanía que llegó a creerse que esta historia de amor duraría para siempre. Pasar los veranos en Marivent era una costumbre muy arraigada desde hace más de cuarenta años, que es cuando con don Juan Carlos de Borbón tomó posesión de una casona destartalada volcada sobre el mar que de palacio sólo tiene el nombre y, eso sí, una situación privilegiada. Durante años, este paraíso, se llenó con una familia española como tantas otras de posición desahogada que recibía a sus parientes y amigos en un ambiente de relajo absoluto, de polo y bermudas.

Las noches se alargaban hasta el amanecer en Portals o en Gomila tras una cena en familia en Flanigan, el Fortuna zarpaba casi a diario rumbo a calas de un azul tan intenso que duele recordarlo y más desde la sequedad castellana de La Zarzuela, y cuando se regresaba a casa, tras los portalones, se olía a pino y a césped recién cortado, a tierra mojada y a sal. En Marivent siempre huele a mar. En esta casa, en ese barco que ha perdido incluso su nombre y que ya está en venta, se recibían cada año también a lo más relevante de la sociedad internacional Una imagen de la marca España impagable. Dirigiendo esa orquesta estaba ella, enamorada de su casa mallorquina, y por eso empeñada en darla a conocer al mundo y consciente del privilegio, queriéndola, compartiéndola con él. Lo ha dicho ella misma, no es una invención periodística, si un día deja de ser la esposa del Jefe del Estado, porque reina lo será hasta la muerte, se retirará a Marivent, su verdadero hogar, donde se siente más mediterránea y cercana a sus orígenes. En Palma es feliz, y se le nota incluso en los momentos más complicados. Su rostro se relaja, como se relajan sus andares y su indumentaria. En Palma ahora está sola, es cierto, aunque no del todo, pero todavía manda. Llega a Mallorca y ya sólo usa la cruz de Calatrava o el cordoncillo de oro grueso enrollándose entre multitud de cadenas y dijes que cuelgan sobre camisolas pijama de colores estridentes. Cuentan que le gusta madrugar, 8.30, y que sus desa-yunos son ligeros. Lee la prensa, y tras respirar profundamente, medita, tras la balconada neorenacentista. Era muy feliz cuando tenía a todos, hijos, nietos, hermanos y sobrinos en casa. Hoy esa unidad familiar parece imposible. Los griegos han regresado a su país. Otra falta. La reina es como es pero siempre está.

Apareció por sorpresa en Mallorca, puso paz y lanzó el mensaje de que nada había cambiado tras la primera declaración ante el juez Castro de Iñaki Urdangarin. No lo olvidemos. Se lanza a su trabajo de reina, que es de 365 días al año, sin fines de semana ni vacaciones. Porque ser reina es una condición que, como el ser madre, ocupa las veinticuatro horas del día. Todo esto mientras llueven las críticas sobre su familia y cuando cada vez parece más difícil que doña Letizia pueda ser su sucesora, mientras por lo que tanto luchó parece desvanecerse en medio de una tormenta como las que azotan su palacio al final de cada verano, cuando la reina se dispone a abandonar, sin cerrarla del todo, una casa que se había quedado pequeña y que ahora es demasiado grande.

De eso y más se habla en las reuniones más distinguidas donde una premisa parece haber cuajado, y es que esto, que es Mallorca y nuestro negocio, hay que sacarlo adelante defendiendo la marca con otras armas. Y las tenemos. Vaya si las tenemos. Estamos que nos salimos. Lean un poquito más y verán. Karenna Gore, periodista, autora del libro Lighting the way, e hija de Al Gore, que sigue siendo uno de los máximos líderes mundiales se enamoró de esta isla nada más verla. Viene desde hace cuatro años. Le encanta el mar, las vistas tan maravillosas, el ambiente y la gente tan friendly and fun, textual. Además sus hijos, dos, se lo pasan fenomenal. Aquí pasó su cumpleaños, una cifra redonda, con ellos y rodeada de amigos españoles que la adoran. Karenna se aloja en la urbanización Sol de Mallorca, una de las más divertidas de la isla, sin duda ninguna, a dos pasos de Palma, pero lo suficientemente apartada para que en ella se haya creado un mundo aparte de vacaciones de toda la vida, donde varias generaciones disfrutan compartiendo espacios, vivencias y un estilo de vida que es toda una cultura. Al frente de este tinglado de auténticos enamorados de Mallorca que se organiza todos los veranos está una mujer excepcional Mayte Spínola, propietaria de una energía increíble, capaz de congregar a su alrededor y con la mayor naturalidad a lo mejor de cada casa. Mayte es España. Estos días tenía almorzando a un hijo, Bruno Gómez- Acebo, de la infanta doña Pilar, su vecina y amiga, que cuando cometieron la barbaridad de tirar su bellísima casa de pescadores de Porto Pi -otra no habría puesto jamás un pie en la isla-, tomó casa en la urbanización y en ella vive sus veranos con absoluta discreción. Con ellos, Miguel Báez Spínola, El Litri, que es de la casa, con su esposa elegantísima, Carolina Herrera, una de las vips más cool que tenemos de esta tierra tan acostumbrada a tener lo mejor. Y también a los condes de Limburg-Stirum, él, Louis, nieto del anterior conde de París, pertenece a una de las mejores familias de Bélgica, ella, Belén López Montero, española de pro, bellísima y propietaria de una de las bodegas y licorerías con más solera de Castilla, las Bodegas Verum, han disfrutado con sus hijos de unos días de sol y mar relajadísimos y en el mejor de los ambientes.

También en otro lugar de Mallorca, en la Costa de los Pinos la vida sigue su curso veraniego animadísima. Allí habitan los García Obregón, en una de las casas más fotografiadas por Hola. Su piscina, con los músculos de Alessandro Lecquio compitiendo con las curvas de Ana Obregón hicieron historia en tiempos que parecen remotos. Sin embargo, Ana sigue igual, o mejor. Así que hoy le damos el honor de inaugurar nuestra galería fotográfica, que en pleno verano es un premio de enorme prestigio. O debería serlo. La acompaña nuestro común estilista, Toni Iglesias, que es estupendo. Sucedió que tras dejarme como un pincel para seguir recorriendo para ustedes saraos tras horas de mar y playa, barcos y piscinas, apareció la gran Obregón, y con su simpatía y encanto de siempre conquistó el salón de Llongueras Elite del Paseo Mallorca. En un plis plás. Nos regaló esta imagen impagable que quedará como una de las del verano porque demuestra que lo que es bueno con los años se hace mejor.

Lo viví también en una fiesta sonadísima que debe ser tratada con discreción a petición de los anfitriones, ansiosos por conservar las costumbres locales de austeridad elegante que siempre han definido nuestra mejor nobleza. Recibían en su predio como sólo ellos saben hacerlo, maravillosamente. Y estaban todos los que son. Todos. José Ramón Bauzá apareció acompañado por su magnífica esposa, Alejandra, con la que siempre es un placer conversar, María Salom lucía elegantísima con uno de los conjuntos más acertados de la noche, aunque quien deslumbró, más guapa que nunca, fue María José Barceló, soberbia en lentejuelas en plata, como un espejo reflectante y feliz iluminando la noche festiva en la que se sirvió la mejor comida mallorquina en un bufet que quitaba la respiración.

Voy a ir dosificando fiestas, la competencia es enorme. En esta, por ejemplo, me encontré con un grupo más que divertido que se hace llamar, las Ten&Ten, como el restaurante de Madrid donde se reúnen habitualmente. Estas cinco enamoradas de Mallorca, Chirri Moreno, duquesa de Escalona, Mercedes Valenzuela, Blanca Teixidó, Gudeta Jaume y Marián de Carvajal son un auténtico regalo. Algunas no quisieron perderse las otras dos grandes concentraciones vip and very aristo de la season, la cena solidaria anual de la Fundación Dasyc a favor de Kamalini, centro de promoción de la mujer en Delhi, India. Palma se volcó.

La cena servida en el Club de Mar, no faltó Borja de la Rosa, por la Alacena de Mallorca, de Marilén Martín Soledad y Paloma Cifuentes, siempre elegantísimas, pero esa noche más, fue realzada con la decoración de Ars Festum, una maravilla para una noche espléndida presidida por Monse Lezaún y Ana Luz Huete, presidenta de Dasyc, dos mujeres maravillosas capaces de juntar para una buena causa a Macarena y María Camuñas, siempre divinas, la condesa de Asalto, la duquesa Lucía de Maura, con un porte inimitable, el abogado Ignacio Peláez y su mujer, Pilar Boza, Alvaro y Cristina Merino, Isabel Guarch y Antonio Calvo, Iyabó Carbó, Sebastián Jaume y su esposa, Sole; Fausto Morell, abogado y cónsul de Bélgica, Luca Monzani, que rifó una de sus litografías, y Evelyn Morell Santiago de Mora y su mujer, Cristina Morell, Lavinia Blanes, Mª Antonia Martí y Jaime Pons. Kamalini desarrolla su trabajo en núcleos con riesgo de exclusión social por pobreza. Enseñan oficios a chicas jóvenes o mujeres con hijos a su cargo. Hay cursos de capacitación profesional en confección, elaboración de productos alimenticios y micronegocios, entre otros. En estos momentos los beneficiarios directos de estos programas son 274 personas y los indirectos -hijos y familiares-1.380. Fundación Dasyc desarrolla actividades de voluntariado también en Palma, concretamente, programas de refuerzo escolar en el barrio de La Soledat, para prevenir el fracaso escolar y la exclusión social.

Y la otra gran cita era un año más en Son Termens para la gala anual que organiza la Orden de Malta para recaudar fondos con los que sostener sus tres principales focos de atención, el banco de Alimentos, las Hermanitas de los Pobres y la Fundación Amiticia. Malta se fundó hospitalaria y lo sigue siendo. Este año la velada fue sensacional, con una juventud sana y alegre, guapísima, entregada a la diversión y a la causa en una cita que cada año organiza con más acierto Fanny de Villalonga Zaforteza. Estaba espectacular. Ella y todo. Llamó la atención la concentración de nombres de prestigio. Santiago Sangro, canciller de la Asociación de la Orden de Malta, Fernando Parias, delegado de la Orden en Andalucía, Nito Fontcuberta, marqués de Vilanova y la Geltrú y delegado en Cataluña, José Francisco Conrado, delegado en Balears, y una lista inmensa que resumo en María Salom de España, Tomás Zaforteza de Olives y Carmen Pascual, Martín Boneo y Connie, que vienen cada año para la fiesta expresamente, los duques de Maura, Ramiro me presentó a una pareja encantadora que cada año, desde hace cuatro, en esta noche celebran que se conocieron y se enamoraron en un flechazo de película, el mallorquín Xim Bordonado y la belga Valerienne, que poco después se prometieron, casaron y ya son una familia feliz. La duquesa Amalia de Amalfi, Teresa Gaitan de Ayala y su marido, Carlos de Palacio Oriol, presidente de Talgo, Mónica Rúspoli y Alfonso Dezcallar, el marqués de Ariany Nicolás Cotoner Martos, Santiago de Ybarra Churruca y Mercedes, maravillosa siempre, Jorge Villalonga Muntades y María Luísa Fuster, Juan Miguel Ferrer de Sant Jordi y Pilar Riera, la marquesa de Argensola y su hermana Piluca Sarriera, el doctor Manuel de la Peña, una buena representación alemana en la que destacó el barón Wolf von Welck, los condes Palfi... Y así todo. Lo que más me gustó fue comprobar que doña Fanny Morell Cotoner sigue ahí, fuerte como una roca a la que esta tierra puede anclarse orgullosa y digna, de su pasado y de su futuro.