­Un grupo de devotos lectores se reunió ayer ante la antigua casa del poeta Bartomeu Rosselló-Pòrcel, en el número 25 de la calle Sant Llorenç de Palma, para rendirle homenaje, cien años después de su nacimiento.

Contrastando con el vacío de los callejones colindantes, cerca de treinta personas esperaban frente la anaranjada fachada de la vivienda. Una de ellas, Biel Mesquida -escritor y colaborador de DIARIO de MALLORCA-, daba un paso al frente para inaugurar el acto: "Estamos aquí con una triple intención", anunciaba. Como motivo principal se conmemoraba la llegada de uno de los grandes intelectuales baleares. En segundo lugar, se quería vindicar que este autor tuviera su propia edición crítica completa y que se compilasen todos los textos que publicó en revistas o periódicos. Un momento que Mesquida aprovechó para pedir "más lecturas personales y arriesgadas de los textos de Rosselló-Pòrcel por parte de la Universitat de les Illes Balears, los estudiosos y los poetas". Por último, añadía el escritor: "Consideramos este centenario como una trinchera de lucha, en un momento en que la juridicidad del actual gobierno convierte el catalán en una lengua minorizada, haciéndola parecer casi extranjera en su propia tierra".

Las breves piezas se recitaban con pausa y calidez. Las diferentes dicciones de los participantes otorgaban personalidad a los versos. Cada uno de ellos tenía motivos para haber escogido un título: Miquel Cardell optó por Només un arbre, a la vorera, porta€ porque "habla del mar abarcándolo desde lejos, e incluye una afirmación de la fuerza del poeta para crear mundos". La simbología y el olor de la enfermedad en Aire d´una malaltia fue lo que cautivó a Elisenda Farré. También se recitaron versos como Oh peresa de l'aire, En la meva mort o A Mallorca, durant la guerra civil, entre otros muchos.

La figura del poeta

A pesar de haber fallecido con tan solo 25 años, Rosselló-Pòrcel consiguió llegar a formar parte de la lista de autores clásicos baleares.

Biel Mesquida apuntó que éste fue un luchador de valores republicanos y sociales, dedicado sobre todo a la lengua y cultura catalanas: "Supo innovar con el idioma, cogiendo toda la fuerza de la tradición y la vanguardia, para crear su propio lenguaje. Además, hizo poemas memorables que representan una nueva forma de conocimiento, y nos dejó una magnífica herencia de poesía".

Rosselló-Pòrcel cogió toda la tradición de la escuela mallorquina, influenciado por textos como los de Costa i Llobera o Joan Alcover. También bebió de otros clásicos de la Renaixença, así como de corrientes vanguardistas y neopopularistas que abarcan autores como Jorge Guillén o Federico García Lorca. De este modo consiguió que la lengua se impregnase de nuevas influencias.

Nou Poemes y Quadern de sonets fueron sus primeras publicaciones. En su último libro, Imitació del foc -cuenta Mesquida-, "cada poema es una manera diversa de expresión. Se da una explosión de formas que, para la poesía catalana de su tiempo, era una originalidad absoluta". El autor no duda en clasificar al poeta de "moderno", puesto que, según él, no tenía una sola línea de expresión sino "mil y una diferentes: neopopular, barroca, clasicista€"

Aunque este creador fue un avanzado en cuanto a la forma del género literario, entre sus temáticas se encuentran imágenes tan clásicas como el fuego, "con una letra ígnea e incandescente"; el paisaje mallorquín, "bañado en una luz nueva"; la fuerza de la distancia entre él y sus seres queridos, el sentimiento de fragilidad y la esencialidad de la muerte.

En próximas fechas, durante la 33 edición del Festival Internacional de Chopin que se celebra en Valldemossa, se realizará un acto para homenajear la literatura de este gran poeta mallorquín.