La ciudad romana de Pol·lèntia sigue sorprendiendo año tras año revelando nuevos secretos. Templos, monedas, anillos o mármol son algunos de los tesoros hallados durante la excavación que se está llevando a cabo este año. Maravillas ocultas durante siglos y que ahora, por primera vez, vuelven a la vida.

Con motivo de las fiestas de Sant Jaume, ayer por la tarde se organizó una jornada de puertas abiertas en el yacimiento romano. Cerca de cincuenta personas retrocedieron al año 123 a.C, fecha en la que se fundó la ciudad, y pudieron caminar por las mismas calles por las que circulaban los antepasados.

Las recientes investigaciones amplían el perímetro de la que fuera capital de Balears en tiempos de la República y del Imperio. Hasta ahora, se creía que su extensión rondaba las 17 hectáreas, pero se ha certificado que los restos del yacimiento alcanzan las 21.

En ellas, no cesan los hallazgos. La joya de este año es el descubrimiento completo del Temple Capitolí, uno de los tres templos del fòrum de la ciudad. Desde que se empezara a excavar en los años 80, hasta ahora no se había podido estudiar de manera íntegra.

Las excavaciones permiten estudiar la evolución del yacimiento. Gracias a ellas, se sabe que la vida histórica de la ciudad romana abarca desde el año 70 u 80 a.C hasta el siglo VI d.C, cuando se convirtió en una necrópolis. "Es un trabajo lento y delicado porque cuando comienzas a excavar, lo primero que encuentras son muertos", explicó Miquel Àngel Cau, codirector de las excavaciones. Un trabajo minucioso al golpe y pincel de los quince estudiantes del curso de arqueología de este verano y que excavan en Alcúdia bajo el calor sofocante de estos días.

Pol·lèntia ha sobrevivido a invasiones bárbaras, incendios e innumerables contratiempos, pero es a su vez la guardiana de otro gran secreto: una ciudad talayótica. Por eso, las excavaciones del próximo año buscarán desenterrar, excavando en las casas de la zona residencial, esa metrópoli oculta. "Queremos saber qué había antes de la ciudad romana", anunció el codirector de la investigación.

Actualmente, se está abriendo un nuevo sector en la zona oeste del fòrum, lo que sería la plaza central de la ciudad, para "conocer la función de la parte occidental de la ciudad. Para los romanos todo tenía un orden, una explicación", señaló Cau.

Todavía queda un mundo por descubrir y que aprender. Ese es otro de los alicientes de la arqueología. Mientras tanto, continúan apareciendo todo tipo de objetos como ánforas, anillos o morteros, pero el arqueólogo lo tiene claro: "Lo más interesante siempre sale al final".