Polo solidario con mar y montaña

­Son Coll, la finca donde reside Christian Völkers y su familia en el Port des Canonge, se abrió un año más para recibir a multitud de amigos y conjugar el deporte más aristocrático, el polo, en su torneo más mediterráneo, entre el mar y la montaña. Esta edición, la quinta, fue especial, distinta, aunque supo conservar la esencia de las primeras. Ninon Völkers, la esposa del empresario inmobiliario, aprovechó el evento mallorquín que reúne las caras más conocidas de la alta sociedad para presentar al mundo la fundación Engel&Völkers Charity, creada por su madre, Ingrid van Aalst, que lidera la construcción de una escuela primaria en Togo. El torneo del sábado y su posterior fiesta sirvieron para que, con la ayuda de marcas como Cartier -que junto a la Relojería Alemana creó una pulsera solidaria-, se recaudasen fondos mediante donaciones anónimas y una tómbola conducida por Boris Izaguirre, sin duda uno de los mas elegantes de la velada. Como todos los años era preceptivo vestir de blanco y el escritor cumplió a rajatabla. Acudió a la fiesta acompañado por su marido Rubén, impecable en linos crudos. En total, 620 invitados que por primera vez accedieron a la pista atravesando la claustra de la residencia, donde se había situado un photocall. La casa, decorada con centros de peonias blancas, invitaba a continuar por un hermoso paseo entre olivares y naranjos. Al final, un segundo photocall equino, en el que sobre un caballo se fotografiaron invitados y anfitriones.