El actor mallorquín Salvador Miralles encarna a Bartomeu Rosselló-Pòrcel en la obra teatral Flames a la fosca que revive la relación de amistad entre Salvador Espriu y el poeta isleño. El espectáculo ha sido promovido en el Año Espriu pero también coincide con el centenario del nacimiento de Rosselló-Pòrcel y se representará del 4 al 6 de julio en el Mercat de les Flors en el marco del Festival Grec de Barcelona.

Miralles explica que la pieza está dirigida por Teresa Vilardell mientras que la dramaturgia se basa en el libro de Rosa Delor La mort com a intercanvi simbòlic. Bartomeu Rosselló-Pòrcel i Salvador Espriu: diàleg intertextual (1934-1984). "Es una especie de collage", detalla el actor, ya que selecciona prosas, poemas, cartas, entrevistas y artículos de Espriu y Rosselló-Pòrcel con el objetivo de generar una reflexión sobre la ambigüedad y la complejidad de una historia de amistad y pérdida, donde la Guerra Civil y la postguerra son contextos determinantes. De hecho, Miralles concreta que el poeta mallorquín falleció en 1938 a la edad de 24 años y lo describe como vitalista y republicano. En cambio, Espriu era más conservador, algo que llevó a los dos amigos a distanciarse pese a que el catalán no admitió dicha separación hasta los años 70 en un prólogo. "Salvador Espriu tenía un sentimiento de culpa por haber perdido a su gran amigo tan pronto, por ello, cogió la poesía de Rosselló-Pòrcel y empezó a responderle. Dicen que no se hubiera dedicado a la poesía si su amigo no hubiera fallecido", recuerda el actor.

Miralles rememora que la relación entre las dos grandes figuras nació durante su juventud ya que en la universidad se ayudaban. "Eran fenómenos", remarca. Pero de la admiración mutua, la complicidad intelectual y el afecto pasaron a las divergencias personales e ideológicas. Así, Flames a la fosca revive dicha amistad. El título evoca a uno de los versos más conocidos del poeta mallorquín.

Cuatro voces conforman el núcleo del espectáculo y cada una juega su rol. Así, Salvador Espriu, interpretado por Manel Barceló, es el novelista y el líder mientras que el poeta mallorquín representa la pasión y el fuego. Amàlia Tineo, cuyo papel defiende Fina Rius, es la ideóloga y la persona que guarda los secretos literarios y personales del grupo. A estas tres voces escenificadas hay que sumar la del escritor Miquel de Palol, que conoció a Amàlia Tineo y que es autor del libro Dos poetes. Impressiones d´Espriu i Vinyoli. Su función es ejercer de foco subjetivo sobre el grupo de protagonistas.

En en centenario del nacimiento del poeta mallorquín, Miralles resalta que es "un orgullo" representar la figura de Rosselló-Pòrcel en el Festival Grec de Barcelona. Aunque admite que es un autor desconocido, "su poesía es grandiosa". Del papel, el mayor esfuerzo ha sido "establecer las imágenes a todo el imaginario de la poesía de Rosselló-Pòrcel. El espectador tiene que hacer un trabajo de comprensión", apunta el mallorquín.

"Es un espectáculo muy completo que parte de una base realista", resume. Así, el actor desea que la obra aterrice en la isla. "Es una obligación que este espectáculo se represente en Mallorca", sentencia Salvador Miralles.