La imagen de la isla, y también por ende la de España, ha quedado marcada. Las fronteras se han diluido -las malas noticias vuelan- y la reputación de Mallorca como destino de rodaje que no cumple con sus acuerdos ha trascendido. "Impacto negativo ha tenido", reconoce el presidente de la Spain Film Commission, la oficina de rodajes a nivel estatal que aglutina un socio prácticamente en cada autonomía. Sin embargo, insiste en que esa "imagen comprometida de la isla" es reversible y no tan complicada de llevar a cabo como parece.

Sitúense. El pasado 25 de enero el Consell de Govern aprobó un proyecto de ley audiovisual -que fue discutido ayer en una reunión por Rosado junto al presidente del Clúster Audiovisual, Germán Traver y el conseller de Presidencia, Antonio Gómez, - que se encuentra en trámite parlamentario. En dicho proyecto figura, entre otras propuestas, la creación de una nueva oficina de atracción de rodajes en Balears -tras el fracaso de las dos últimas-. Esta ley estará, en palabras del presidente del Clúster Audiovisual, "aprobada" el próximo mes de junio.

Para Rosado, cualquier intento de convertir el cine y el audiovisual de Balears en un nuevo motor de la economía pasa por esta condición: poner en marcha la Balears Film Commission. "Es para nosotros un objetivo estratégico" por cuanto "complementa" y "cualifica" la oferta de los rodajes en España. Además, añadió a su discurso la necesidad de que el archipiélago tenga una herramienta para captar rodajes ya que "nos hace más competitivos" y no sólo afecta a la industria audiovisual de Balears sino que su rentabilidad es muy diversa y supone un "impacto económico positivo" en la industria local.

Rosado, que se ha acercado hasta Es Baluard para participar en las jornadas profesionales ´Creando Marca´ del festival de cine Maremostra, apoyó su tesis con más argumentos: "Hay muy pocas comunidades que no tengan una oficina de estas características. Si Balears quiere que el cine y el audiovisual sean una fuente de riqueza, imagen y prestigio debe constituirse la Balears Film Commission y una política activa de captación de rodajes a través de incentivos económicos".

La fórmula estrella

Para Rosado "ése es el camino correcto", ya que no basta con tener una industria y unas localizaciones "excelentes" (ahora más que nunca los lugares para rodar se escogen en función de lo atractiva que sea esa política de incentivos). Un camino que, además, se escogió acertadamente en los intentos anteriores de convertir Mallorca en plató de cine. Pero falló la organización, a su juicio.

Rosado destacó tres errores al hablar de lo que "se ha hecho mal" en la isla. El del ámbito territorial: "Unos incentivos de esta naturaleza tienen que llevarse a cabo mediante una política de carácter regional, autonómica, y no insular"; el procedimiento debe ser reglado: "tú no puedes dar subvenciones directas por decisión puntual. Se deberían dar "al mejor postor". Y luego está la estabilidad: "se trata de que haya dotaciones presupuestarias no puntuales, sino que tengan continuidad en el tiempo".

A la problemática insular se le añade que España es el único país de Europa donde no existe una política de incentivos para captar rodajes. Una política "miope" para Rosado, si el Ministerio de Hacienda no los facilita pronto: "Por cada euro cedido por el Estado para rodajes -dijo-, hay un retorno de 15 euros". A lo que añadió que en España se han perdido "en los últimos dos años, 900 millones de euros, un 80% de rodajes potenciales" -frente a los 90 millones que se generaron en esta industria en 2012- que han ido a parar a lugares más competitivos.

Francia sería, en ese sentido, el modelo que mejor "se adaptaría" para implantar en España, con un retorno fiscal situado en torno al 18-20 por ciento. Al respecto ya se han puesto a trabajar en la Spain Film Commission.

"Sabemos que esta gestión -responde preguntado por los impagos del Consell- no ha sido satisfactoria". A lo que volvió más tarde: "Admitamos que esto no se hizo bien Pero estamos perdiendo muchas oportunidades y hay que pasar de ser receptores pasivos a salir a buscar los rodajes. En Europa se ruedan en torno a 1.000 películas al año y España y Balears podrían atraer muchas más por su versatilidad de localizaciones, las condiciones climáticas excelentes y profesionales e industria cualificada".

"En definitiva, -señaló Rosado- si se quiere competir en Europa se debe de disponer de tres aspectos clave: una herramienta profesional como la Balears Film Commission, una buen entendimiento con el sector privado (las grandes inversiones tiene que hacerlas el sector privado) y una buena política económica de captación de rodajes, que pasa, necesariamente, por una negociación con los poderes públicos que favorezcan la necesidad de rentabilizar esos rodajes".