A pesar de la coincidencia horaria con el fútbol, Mallorca dio ayer una lección de solidaridad. La Catedral se llenó en Martes Santo para asistir a un multitudinario concierto, el que el Rotary Club organizó a beneficio de Projecte Home Balears, con Fauré, su Réquiem y El cant del destí de Brahms como protagonistas. Acudieron 1.500 personas y no faltó a la cita doña Sofía, conocida melómana siempre sensible con las causas de los más necesitados.

La Reina llegó acompañada por su hermana Irene de Grecia diez minutos antes de la actuación a la Seu. La lluvia provocó que las autoridades estuvieran esperándola en el interior del templo (se organizó un pequeño photocall), y no fuera como en otras ocasiones. Por protocolo, la presidenta del Parlament Margalida Duran recibió a doña Sofía en el umbral de la Catedral, para pasar después a su interior. Allí, estaban aguardando en el besamanos el presidente de Projecte Home Tomeu Català, la presidenta del Consell Maria Salom, el alcalde Mateo Isern y su esposa María José Barceló, el conseller de Sanidad Martí Sansaloni, el de Educación Rafel Bosch, el de Administraciones Públicas Simón Gornés, el vicegobernador del distrito rotario Francisco Roses de Querol, el delegado de defensa Manuel Fernández-Roca Teixell y el presidente del cabildo catedralicio Joan Bauçà.

Tras los saludos, tocaba tomar posiciones. La Reina, ataviada con un vestido naranja cubierto por un abrigo fino del mismo color -el bolso y los zapatos estaban acabados en tono dorado-, llegó hasta la primera fila y se sentó entre Català y Duran. Y entabló amena conversación con el alcalde Isern antes de que arrancara el concierto, en el que la Orquestra Simfònica de Balears y la Coral Universitat de les Illes Balears unieron sus instrumentos y sus voces.

Tomó la batuta Joan Company, director de la coral universitaria, que coordinó a músicos y cantantes en un programa con réquiem (pero en este caso no el de Mozart, sino el de Fauré, menos populista, pero que gustó mucho) y una pieza sobre el destino firmada por Brahms. En concreto, ésta fue la primera partitura que sonó. La actuación contó con las interpretaciones de la soprano Irene Gili y el barítono Joan Miquel Muñoz.

En la bancada, disfrutando del programa, también pudo verse al gerente de la orquesta Marcelino Minaya, a la directora general de Cultura Bel Cerdà, al concejal de Urbanismo Jesús Valls y a Cristina Macaya.

En el ecuador de la actuación, Català dio las gracias por la asistencia de 1.500 personas a la Catedral. "Así podremos pagar 1.500 estancias en Projecte Home", declaró. "Es una maravilla poder compartir aquí juntos música, paz y solidaridad", añadió.

Como viene siendo costumbre en este concierto, a su acabamiento, hacia las 21.40 horas, la Reina se acercó a saludar a los músicos y cantaires. Y se fotografió con ellos en la misma Catedral.