Ejecutar una seguidilla eléctrica o una soleá con darbuka solo tiene un nombre: "Una propuesta arriesgada y dispar". Así define su música Taifa, trío mallorquín que entremezcla el rock más potente con el flamenco y la música andalusí. Con quince años de trayectoria, el grupo lo celebrará hoy con toda su familia musical y un invitado de lujo, el periodista Vicente Romero ´El Mariskal´, en el Hard Rock Café del Passeig Marítim, a partir de las 23,00 horas, con entrada gratuita.

Luis L. Massot, Antonio Medina y Miguel Maya son los tres miembros actuales de Taifa, cuya historia se remonta a finales de la década de los 90, cuando publicaron su primer álbum, Más allá del sur, producido por el cantante de Medina Azahara.

Desde entonces, mucho ha cambiado, no solo en la música de Taifa, sometida a "una constante evolución", también en la escena del metal y el mestizaje, en la que se mueven: "Hubo un tiempo en que tocábamos cada fin de semana y cobrábamos 40.000 pesetas por actuación. Hoy no hay sitio para tantos grupos y muchos se quedan en casa. Nosotros tenemos la suerte de ser un trío y conseguir los bolos más baratos".

El concierto de esta noche "será muy especial", adelanta Massot. Por varios motivos: uno, celebrar tres lustros en la trinchera, y otro, hacerlo con todos los músicos que a lo largo de estos años han desfilado por la banda: Miguel García, José González, Martí Riera, Víctor Arco...

"Hemos sobrevivido gracias al empeño que hemos puesto, porque estuvimos varios años parados por culpa de una discográfica. Hoy tenemos la libertad artística que siempre quisimos tener", asegura Massot.

Esa libertad les llevado hasta Marruecos, país que consideran su "segunda casa". Su concepto de fusión se ha materializado en unir el rock progresivo con colaboraciones como las de la orquesta andalusí Abnae Ziryab, de Tánger; el grupo gnawa Guya Abdessalam Bouzkeri, de Tetuán; y el flamenco del pianista Ricardo de la Concepción, afincado en Mallorca. Un resultado que la crítica ha denominado "metal progresivo en clave flamenca con aromas del Magreb".

Massot, compositor de las letras de Taifa, reconoce que ese cóctel sonoro "no es frecuente para un fan del metal", y habla de "diversidad" a la hora de referirse a su cancionero más recientes. "Cada uno de nuestros temas tiene un público determinado", asegura. Las letras escritas por Massot, todas en castellano, a diferencia de su anterior aventura, la que mantuvo con el grupo Elikat -la primera formación mallorquina de rock duro que logró abrirse camino en el extranjero- "son muy lorquianas y están muy cuidadas. Son puro sentimiento y salen por inspiración", señala su autor.