Ayer, el espacio de Ses Voltes respiraba tranquilidad y satisfacción. Han sido muchos los obstáculos que han tenido que vencer los jóvenes artistas plásticos para ver realizado parte del premio: exponer sus trabajos seleccionados en un lugar de referencia. Sin embargo, tras muchas horas de montaje y de pulir los últimos detalles, el espacio que durante un mes (hasta el 7 de marzo) se convertirá en útero de sus proyectos e ilusiones lucía ayer impecable.

Natxa Pomar, ganadora del segundo premio; Laura Maria Torres, Marta Pujadas, Arantxa Boyero, Ian Waelder, Isabel Servera y Manuel Ocaña. Todos ellos son finalistas de Arts Plàstiques, y sus fotografías o ilustraciones permanecen colgadas de las paredes de Ses Voltes. Invitan a adentrase en ellas y en el Corredor, exposición monográfica del ganador, Tomeu Sastre, cuyas Vacaciones en Menorca 2012 presiden la entrada.

"No ha sido un montaje fácil", reconoce. Se refiere, literalmente, a la preparación de la exposición. "Eran las cuatro de la tarde de hoy [por ayer] y todavía tenía las manos llenas de pintura", añade Natxa Pomar. Se han dejado el alma, primero en la creación de sus proyectos, y luego en la necesidad de compartirlos. Por eso, Sastre insiste en que su Corredor busca, ante todo, la participación, y no únicamente de sus compañeros. También de todos aquellos con intereses en el mundo de las artes plásticas.

Una respuesta del público que instituciones y creadores visuales "esperan" que sea positiva. Maria José Frau, directora del Institut Balear de la Joventud, coincidió ayer en la declaración emitida por Pilar Ribal, directora de la Fundació Palma Espai d´Art y cuya colaboración fue necesaria para ubicar la muestra en Ses Voltes. Ambas entidades, junto con la Fundación Banco Santander y la Carpintería Sintes, colaboran en esta iniciativa que consideran "necesaria" para el conocimiento de las nuevas generaciones de artistas, "sean de la disciplina que sean". A ello se suma la importancia de adquirir, cada vez más, modelos de gestión compartida, que faciliten la unión de recursos y la creación "de más y mejores proyectos".

En definitiva, una historia con final feliz y de la que todos a priori se declaran "muy contentos". Ahora falta esperar a que el Corredor se llene de mentes curiosas e inquietas, a ritmo del Taxista homosexual que toca Proyecto Hombre.