"Trabajamos durante todo el año, pero es verdad que ahora es cuando más respuesta tenemos de la sociedad y de las empresas. Hemos recibido más donaciones de las que normalmente tenemos, pero también hay 4.100 usuarios más de los que teníamos habitualmente". Esta frase la pronuncia Elvira Barrio, directora autonómica de Voluntariado de Cruz Roja, pero también la podrían haber dicho perfectamente los responsables de Cáritas, del Banco de Alimentos, de Zaqueo... Las diferentes organizaciones humanitarias que trabajan en las islas intentarán que las próximas fiestas sean lo más felices posible para todos, empezando por asegurar la comida y los juguetes para los más pequeños.

En el local de Cáritas de la barriada Verge de Lluc se acumulan cajas y bolsas repletas de juguetes, desde el suelo hasta casi el techo... Esperan su turno para ser revisados, seleccionados, limpiados, puestos a punto y empaquetados de tal forma que se puedan regalar a algún niño por un módico precio. Además, todo este proceso lo realizan personas inscritas en un taller ocupacional, así que la labor social es doble. Y aunque este trabajo lo realizan a lo largo del año, tanto Elsa Alcalá, responsable del taller de reparación de juguetes, como Miquela Orell, monitora, coinciden en que a partir de noviembre es cuando se incrementa el trabajo, cuando las estanterías de la pequeña tienda que allí mismo tienen se vacían más rápidamente de lo que ellos pueden reponer...

"Esta semana es crítica, porque cierran las escuelas y hay que recoger todo lo que han donado", explica la monitora refiriéndose a estos últimos días. Además de juguetes, muchos centros escolares también han participado en la Campanya del Rebost, en la que han pedido azúcar, aceite, fruta en conserva y legumbres para los más necesitados.

El taller de juguetes

Antolín es el encargado de revisar la parte electrónica de los juguetes. A veces, simplemente, se trata de limpiar el óxido y el líquido que han producido las pilas viejas, explica. Pero también solda, cambia cables... Junto a él, una montaña de coches teledirigidos y más juguetes, "el trabajo de una mañana", comenta. Él y el resto de trabajadores reciben unos 9 euros por día en este taller ocupacional.

Aquí, el trabajo se reparte. Una mujer va abriendo bolsas y clasificando lo que hay. Otras compañeras lavan con agua y jabón las muñecas y resto de juguetes, "hasta cuatro veces", si es necesario, para que queden perfectamente limpios, añade Elsa. Más allá, en otra mesa, un chico toma medidas de los juguetes para poder hacerles su caja; otros dos compañeros, en sus respectivas mesas de faena, acaban el montaje y meten el juguete, listo para pasar a las estanterías de la tienda. Otras cosas simplemente no tienen mayor utilidad ni posible reciclaje. "Hay gente que piensa que como es para los niños pobres, da igual si a la muñeca le falta una pierna... Y no, no da igual", comenta Elsa. Este año, añade Miquela, han tirado seis toneladas de juguetes irrecuperables...

Los destinatarios de los que sí sirven serán niños de familias con pocos recursos, o de cualquier persona solidaria que quiera contribuir con Cáritas y, por supuesto, quienes no pueden asumir ningún gasto y los servicios sociales les hayan hecho un vale para canjear por juguetes.

Muy cerca de este taller está el de enmarcación y el de lotes de cajas, fabricadas con cartón y papel artesanal y que este año se ha puesto en marcha por primera vez, también con la idea de que pueda ser una opción para regalar y de paso, colaborar con Cáritas.

De la queja a la acción

"Hace como un mes, Daniela y yo caímos en que sólo nos estábamos quejando... y decidimos hacer algo", cuenta Tonina Gelabert, una de las impulsoras de Una Vida Mallorca, una asociación tan nueva que todavía no está formalmente constituida. Por ahora no son más de cinco personas las que tiran de ella, pero ya han conseguido reunir bastantes juguetes que entregarán el próximo 8 de enero en el centro socioeducativo Naüm de Son Roca. "Hay mucha población que está en un riesgo grande y la pobreza genera muchos complejos y tristeza", reflexiona Tonina sobre la motivación de Una Vida. El grupo empezó por colgar carteles pidiendo juguetes, "pero la gente reacciona cuando lo pides en primera persona", así que han echado mano de conocidos y familiares para lograr su objetivo.

Esta semana han empezado a empaquetar regalos, según edades y sexos de los destinatarios. "Si nos sobran, tenemos otras tres asociaciones que se han puesto en contacto con nosotros", comenta Gelabert. La carta de presentación de Una Vida Mallorca, que cuenta con el apoyo logístico de la organización benéfica One Life UK, explica: "Somos una asociación sin ánimo de lucro. Nuestro objetivo es proporcionar apoyo emocional y ayuda práctica. Ofrecemos talleres con nuestros conocimientos de música, deporte, danza y comunicación a programas en activo que trabajan con jóvenes en situación de pobreza, exclusión y riesgo delictivo y con el objetivo de otorgarles responsabilidad y confianza en su potencial y su trabajo". El primer paso ha sido convertirse en reyes magos...

Esta parece ser la semana clave de la solidaridad. En los últimos días, organizaciones como Asaja han entregado seis toneladas de alimentos frescos y un camión de leña a diferentes colectivos como Can Gazà, Es Refugi, Ses Minyones... También el Convent dels Caputxins ha recibido aportaciones extra para que la Navidad sea más llevadera para sus usuarios.

El banco ´bueno´

"De alimentos básicos estamos francamente bien, hasta el punto que nos faltan metros cúbicos en el almacén para guardarlo todo. Pero nos gustaría tener más productos navideños", afirmaba a principios de semana el presidente del Banco de Alimentos, José Falcó. Un día después, la empresa Quely les donaba 500 kilos de turrón... y también la Asociación Sindical de Autónomos del Taxi les hizo entrega de otros 2.400 kilos de comida recolectada en el último mes.

Durante estas fiestas, el Banco cerrará los días 25 y 26, pero mañana, día de Nochebuena, estará abierto, entregando comida a las diferentes asociaciones, y lo mismo hará a partir del 27 de diciembre. Este superávit de provisiones ha sido posible gracias a los envíos de siempre y a las grandes superficies como Alcampo y Lidl, comenta Falcó: "En la última Operación Kilo se consiguieron casi siete toneladas de alimentos".

Parte de esas provisiones se destinan a Zaqueo, el lugar donde muchísimas personas acuden a diario para cenar, pero también buscando refugio para pasar la noche, o un sitio donde desayunar, asearse... Paco Sans fue su impulsor hace ya más de 14 años. Esta Navidad, no será diferente. Los usuarios del ´carrilano´, en la plaza Mercadal, tendrán su cena en Nochebuena, servida por los voluntarios de siempre. Hace ya dos años que no bajan de los 200 usuarios, para los que ya tienen previsto el menú navideño. "Habrá una cena especial: pollos al ast que haremos in situ y turrón. Empezaremos sobre las cinco y media de la tarde para acabar a una hora prudente y que los voluntarios también puedan ir a su casa con su familia", añade. Estos días de fiesta también tendrán entrantes, croquetas, sopa de Navidad cocinada por las monjas...Y eso que hace relativamente poco que su almacén fue saqueado, pero como él mismo cuenta "afortunadamente, comida no falta". Aparte de las aportaciones del Banco de Alimentos y de la UE, que han llegado en grandes cantidades, Paco Sans comenta que ha habido muchas aportaciones particulares.

El trabajo de Cruz Roja

En Cruz Roja, toda persona que recibe algo lo obtiene tras haber sido entrevistado y evaluadas sus necesidades, incluso si se trata de juguetes. Esta sí es una campaña espacífica de Navidad. Se recogen juguetes nuevos y a estas alturas ya tienen más de mil, según indica Elvira Barrio.

Mientras Julián y Merche, dos de los voluntarios más veteranos de esta organización, están en el almacén de juguetes, Rafa entrega los lotes de productos básicos, desde alimentos a cajas con cosas para higiene personal y para la de la casa. Y también para bebés. Todo esto, además de ayudas específicas como la tramitación de algún documento, o dinero para la compra de unas gafas, forma parte del proyecto de atención primaria dirigido a personas en situación de riesgo de exclusión social.

Elvira Barrio ha notado cómo ha llegado más ayuda y más voluntarios a la Cruz Roja. Ahora hay unos 4.000 en Balears que "son la base de todo el trabajo". Prejubilados, personas en paro, jóvenes estudiantes que están de vacaciones... el abanico es muy amplio. "Poco a poco ha ido llegando el mensaje de que hay que echar una mano", añade la coordinadora de la Cruz Roja.

Mientras algunos proyectos, como el de atención primaria, se mantendrán después de las vacaciones de Navidad, "porque hay un goteo constante de gente que viene pidiendo ayuda", el de juguetes dará paso a otros. Aunque "cualquier donación es bien recibida", asegura Barrio.

Comerciantes, UIB...

Algunos de ´sus´ voluntarios son los que están dando información y pidiendo la colaboración de los ciudadanos en la calle Sindicat, junto a una gigantesca cesta donde pueden ir depositando alimentos. Hace ya algunos años que la Asociación de Comerciantes de Sindicat impulsa esta campaña y esta vez lo recogido se entregará a Cruz Roja, el próximo día 24. Los promotores tienen la esperanza de poder igualar los 1.3oo kilos de productos básicos conseguidos en anteriores campañas y de paso, intentar conseguir un récord Guiness por la mayor cesta de Navidad de España. Durante el horario en que las tiendas permanecen abiertas, la gran cesta recorre la calle y las donaciones están a la vista de todos, para animar a contribuir.

ONG, empresas privadas, cajas de ahorro, organizaciones benéficas, son numerosas las iniciativas que en las semanas previas a la Navidad reclaman más ayuda. La UIB también, y con tres campañas diferentes. Hace ya veintiún años que el personal de administración y servicios organizan una colecta de juguetes, da igual si nuevos o usados, pero siempre en buen estado, y de productos básicos, preferiblemente leche, aceite, latas, pastas, galletas, azúcar, café, productos de limpieza y de higiene personal. Todo se entregará a Can Gazà, a Ses Minyones de la Vileta y a la Casa Bressol del barrio de la Soledat.

Otra iniciativa solidaria en la que participan la Universitat y el ParcBit es la Operación Esperanza, para la recogida de alimentos organizada por el Banco de Alimentos y la plataforma Zona Verde Real Ya. La tercera, es la promovida por la Universitat Oberta per a Majors, también de recogida de productos alimentarios.

A estas alturas, a un día de Nochebuena, las distintas entidades lo tienen todo más o menos previsto. Y además de asegurar un plato de comida o un juguete para los más pequeños "se intentará que haya un cierto grado de calor. Aunque no sean los días más afortunados para la gente, intentaremos que haya una cierta alegría", declara Paco Sans.