Una mujer sin piernas, un hombre sin corazón. Así se puede resumir la última película de Jacques Audiard (Un profeta), fusión libre de varios relatos de Craig Davidson. Más detalles: ella (Marion Cotillard) es una monitora de un parque acuático mutilada por una orca; él (Schoenaerts), un boxeador agobiado por el hijo de seis años que acaba de endilgarle su ex. A primera vista son caracteres demasiado opuestos para cuajar. No tanto: ella es de un escalón social superior, sólo uno. No tiene estudios superiores, es una empleada cualificada del sector del ocio. Él, aún dando tumbos, tampoco es un ´sin techo´. Más: ella es muy guapa, él muy viril. Su acercamiento es abrupto y bacheado, como la vida misma. Los dos se enfrentan al incierto futuro por caminos antagónicos y confluyentes: ella busca un estímulo para superar el trauma de la mutilación, él va tomando conciencia, muy poco a poco, de sus pulsiones violentas.

Comparada con Intocable, se evidencia que ésta es un cuento de hadas. Audiard, con materia prima casi idéntica, arma un drama social más próximo a Robert Guediguian (Marius y Jeannette) con virutas de realismo sucio. Y muestra una vez más su poderío con la cámara. Hay media docena de planos que se quedan marcados en la retina: Cotillard cayendo al agua durante su accidente, Schoenaerts espiando su topless en la playa, el reencuentro de ella con el mamífero marino, el diente de él rodando por el suelo durante una pelea... Aunque el cúmulo de incidentes o la química entre personajes chirríen a más de uno, De óxido y hueso, igual que Un profeta, es, vuelve a ser, cine con mayúsculas.

De óxido y hueso

Nacionalidad: Francia, 118 minutos.

Director: Jacques Audiard.

Actores: Marion Cotillard, Matthias Schoenaerts, Armand Verdure.

Cines: Augusta, CineCiutat