"Yo no hago el amor, yo follo... duro". Toda una declaración de intenciones del joven y apuesto multimillonario Christian Grey que ha seducido a pesar de los azotes y latigazos a miles de mujeres en todo el mundo, incluidas las mallorquinas, que se han sumado a este fenómeno literario sin precedentes. Según las últimas cifras, se han vendido más de 40 millones de ejemplares en todo el mundo y la historia se ha traducido a más de treinta idiomas. Y solo es un punto y seguido. Bautizado como "porno para mamás" y descrito como un "kamasutra novelado", el éxito de Cincuenta sombras... es indiscutible. Tanto que ha llegado a cambiar los hábitos sexuales de las mujeres que superan la treintena y que han dejado a un lado sus vergüenzas y sus miedos. Bienvenidos a una nueva liberación femenina.

Dos, según los especialistas en la materia consultados por DIARIO de MALLORCA, son las principales claves del éxito de la trilogía escrita por Erika Mitchell, ahora oculta bajo la firma de E. L. James. "Con su cara y con su cruz, Christian Grey responde al prototipo de hombre que toda mujer anhela. El perfecto galán, aquel que está continuamente piropeando a su pareja, recordándole lo bella que es. Atento, cariñoso, guapo y excelente en la cama", describe Elena Jorquera, psicóloga, sexóloga y especialista en terapia de pareja de la Policlínica Miramar. "Novelas rosas eróticas ha habido toda la vida. Lo que ha conseguido esta autora es explicar con acierto un tema tan oscuro como es el del sadomasoquismo, algo concebido como raro y por el que se tenía miedo a preguntar. Cincuenta sombras de Grey rompe esa barrera del sexo duro como algo inalcanzable y lo pone en el terreno de lo cotidiano", explica Roser Amills, escritora mallorquina y autora de Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia.

Sin embargo, es la propia E. L. James, casada y madre de dos niños, quien da con la tecla. La historia no es más que el clásico romance entre una chica buena y un tipo malo, oscuro, una suerte de Pretty Woman en el que se describen con minucioso detalle las escenas de sexo, que no de cama, necesariamente. "Además, el actual uso de e-books y similares ha permitido a las mujeres leer los libros sin sentirse avergonzadas", declaró la británica en una entrevista reciente.

Cincuenta sombras de Grey cuenta la relación entre el misterioso y rico empresario Christian Grey y la virginal Anastasia Steele. Una historia inspirada al calor de Crepúsculo. Sí, como lo leen. Christian y Ana no son más que una evolución del vampiro Edward Cullum y la terrenal Bella que creó Stephenie Meyer y de la que Erika Mitchell se confesó seguidora incondicional. La gran diferencia radica en el tipo de juego que se establece entre ambos. Mientra que para los segundos el sexo solo estaba concebido después del matrimonio y para procrear, entre los primeros el deseo y la pasión domina y se respira en cada una de las páginas.

"El boca a oreja ha ayudado mucho a que el libro sea un éxito a nivel mundial. A pesar de su escasa calidad literaria resulta entretenido, es literatura de evasión. Creo además que la crisis también ha influído pues jugar con la pareja, buscar otras formas de ocio, es relativamente barato. Y Christian y Ana nos dan muchas ideas", insiste Amills.

Debe estar en lo cierto la mallorquina pues las ventas en los sexshops de la isla se han disparado.

Antifaces, esposas, pañuelos, látigos y bolas chinas. "Este tipo de productos que antes se despachaban de manera irregular ahora ocupan los primeros puestos de nuestra lista", reconoce Claudia Marcos, responsable de la tienda de la Maleta Roja en Palma. El fenómeno Grey ha provocado que mujeres de a partir de 30 años se atrevan a probar cosas nuevas. "Hasta ahora se pedían aceites de masajes, cosmética sensual y algunos juguetes sencillos. De un tiempo a esta parte, los hábitos han cambiado. Muchas clientas vienen preguntando sobre determinados artículos que aparecen en el libro", subraya esta asesora.

¿Van a volverse a partir de ahora todas las mujeres masocas? ¿Está provocando Cincuenta sombras... que las señoras recuperen el rol de sumisas? "Probablemente el sadomasoquismo se haya colado en su cerebro, en sus fantasías, pero eso no quiere decir que vayan a retroceder a tiempos pasados y a convertirse en mujeres objetos. Todo lo contrario. Anastasia enseña precisamente otra lección: prueba algo si te apetece y luego decide si continúas con el juego o no", puntualiza Elena Jorquera. "Es más, yo recomiendo el libro a mis pacientes por otra lección: el nivel de comunicación sexual que existe entre ambos. Los personajes se dicen qué quieren, cómo lo quieren y cuándo lo quieren. De esto adolecen muchas parejas: de falta de comunicación y de la falta de pasión", añade.

"¿Quién no ha pensado, harto de organizar todo, lo agradable que sería que otra persona llevara el control?", se pregunta la autora británica en uno de los pasajes de Cincuenta sombras de Grey. "Es que tampoco es para tanto. No es un libro que escandalice, y una lectora se puede sentir perfectamente identificada con la faceta sumisa de Ana. En una relación cabe todo lo que ambos quieran. Siempre que quede entre ellos y sea consentido, ¿por qué no saberse o sentirse dominado?", se cuestiona Amills.

Entretenimiento femenino

No hay tertulia femenina en el que el libro no sea protagonista. "Es una de las cosas que más me gusta. Esa predisposición de las mujeres más mayores que durante su juventud vivieron un periodo de represalias y que ahora bromean con sus hijas y se interesan por qué más se puede hacer bajo las sábanas", incide Claudia Marcos.

A la responsable de Medi Ambient del Consell de Mallorca, Catalina Soler, el libro se lo recomendó una compañera de partido. "Seamos francos. La novela, como lectora habitual que soy, no es de buena calidad. Pero entretiene, y eso es al final lo importante", afirma. Como ella, también Mabel Cabrer, portavoz del grupo parlamentario popular, se suma a la lista de lectoras declaradas de la trilogía. Mayte Sanz, trabajadora de 32 años de un rent-a-car de la isla, afirma sin reparos que ella sí pasaría por todo lo que pasa Ana con tal de conseguir a Christian Grey.

"Reconozco que es la primera vez que me he excitado leyendo una novela". Su amiga, Ángeles Fernández, que devoró la primera parte de la trilogía en menos de tres días, asegura, en cambio, que quizás no soportaría tanto castigo físico como el que recibe la protagonista del libro. "Pero la verdad es que me he sentido identificada con ella muchas veces". Asume, además, que intentará llevar hasta su cama alguna de las prácticas sexuales entre Christian y Ana. "Quizás me sorprenda de mis propios límites".

Guste o no, lo cierto es que las editoriales están dispuestas a aprovechar el tirón de la novela rosa erótica y ya ultiman el lanzamiento de publicaciones de temática similar. Solo un ejemplo. Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia, de Amills, ya se vende en las librerías latinoamericanas y está a punto de abrir las puertas del mercado anglosajón. De hecho, estuvo en la lista de los 25 libros más pedidos de Amazon. Hay hambre de fantasía, de sexo. Aunque sea literario.