Leiva. Rockero. La mitad de Pereza, el dúo que después de diez años de éxitos decidió hacer un paréntesis en su trayectoria, se presenta en las fiestas de Felanitx el próximo sábado (23,00 horas) con ´Diciembre´, un álbum introspectivo compuesto desde la nostalgia, "una perspectiva desde la que me gusta escribir", se sincera.

-Le cojo en la carretera. ¿Cómo mata el tiempo en la furgoneta?

-Mal. Me encanta leer, pero no puedo hacerlo porque me mareo. Así que acabo escuchando discos, escribiendo cositas y jugando al póker con la banda.

-¿Cuántas de esas cositas que escribe acaban en una canción?

-Algunas. La carretera, en la que paso cinco horas al día, me sirve para perfilar los dos o tres versos que encuentro que están más flojos, aquellos que no acabo de ver.

-¿Qué verso no deja ahora de darle vueltas en la cabeza?

-Uno sobre la amistad y la lealtad. Seguro que dentro de 600 kilómetros acaba en una canción.

-¿Cuál ha sido su último descubrimiento musical?

-Carmen Boza, interesante por el modo como escribe, algo que en este país descuidamos a menudo. También me fascina cómo toca la acústica. A diferencia de la mayoría de mujeres, no la acaricia, la agarra con rabia y mala hostia.

-El próximo fin de semana coincidirá en Felanitx con Estopa, ¿una buena pareja para compartir camerino?

-Musicalmente estamos en terrenos distintos, pero respeto la trayectoria de Estopa. Son dos tíos que llevan mucho tiempo currando y haciendo canciones.

-Su concierto estará precedido de una noche muy ochentera, con La Guardia, La Frontera y Danza Invisible en escena. ¿Le interesa el pop español de los 80?

-Los 80 nos brindaron a uno de los tipos más finos escribiendo: Antonio Vega. Con Nacha Pop y en solitario logró momentos brillantes para el pop español.

-¿Suele visitar los lugares en los que actúa?

-Si llego con tiempo, sí. Y es el caso de este concierto en Mallorca. Vendré el día anterior, así que podré saber dónde vivís y qué coméis. Tengo dos colegas en la isla que me harán de guía.

-¿Qué es ´Diciembre´ para usted?

-Una evolución de Aviones [el último disco de Pereza]. No me he desmarcado especialmente de lo que hicimos con ese álbum, con el que abrí un modo de componer y enfrentarme a las canciones que ahora he explotado.

-Un trabajo introspectivo que rezuma cierta nostalgia.

-Cierto. La nostalgia es una perspectiva desde la que me gusta escribir. Responde a un año vertiginoso en el que no había un horizonte cercano. Durante ese tiempo me asaltaron muchas preguntas y por cuestiones personales me sentía algo estropeado por dentro.

-¿Qué ha aprendido en el último año?

-Necesitaba recuperar esa capacidad de sorpresa y ponerme nervioso con cosas que con Pereza estaban anestesiadas. Diciembre era un cable a tierra que buscaba.

-Cantautor, ¿una definición con la que se siente a gusto?

-Al defender yo mismo mis canciones, en las que me desnudo y cuento las cosas a corazón abierto, soy un cantautor. El mejor es Dylan.

-¿Qué canción le robaría?

-I Want You. Refleja la simplicidad más absoluta, solo dos acordes, pero con muy poco dice mucho.

-¿La mejor canción debe tener imperfecciones?

-Creo que sí. El Álbum Blanco de los Beatles es lo más parecido a un disco redondo. Quizá Paul McCartney y Dylan hayan sido los que más cerca han estado de la canción perfecta. Yo creo que en la imperfección radica el encanto.

-¿Qué es lo que nunca falla en una canción de Leiva?

-La emoción. Es el principio de todo. Si no me emociono, no sigo con ella.

-¿Qué critica le ha hecho Rubén Pozo de su álbum de debut en solitario?

-Aún no ha llegado el día en que nos sentemos para hacer críticas constructivas de nuestros trabajos. Lo que sí hacemos es apoyarnos cada uno absolutamente.

-¡Que nadie piense que Pereza no volverá a los escenarios!

-No hay nada preparado. En la agenda no figura el regreso. Necesitábamos parar y así lo hicimos.

-¿Cuál ha sido la lección digerida en estos diez años con Pereza?

-Sentirme un privilegiado y valorar que vivo de lo que siempre me ha gustado.

-¿Qué ve en los ojos de los espectadores?

-Esa mirada que uno sueña tener en su público, expectante y emocionado. Eso es lo que hace que me meta en un día 1.200 kilómetros.

-¿La subida del IVA le ha dejado tocado?

-Es un portazo a la cultura, algo que también han sufrido la educación y la salud. Es un crimen. Lo único que nos quedaba a los músicos eran los directos, porque la industria está hundida, y con la subida del IVA será muy difícil sobrevivir.

-Peor están en Rusia, que se lo pregunten a las Pussy Riot.

-Meter a esas chicas dos años en la cárcel es una barbaridad, como también lo fue querer multar a Krahe, algo surrealista.

-¿Qué les desea a sus amados Stones en su 50 cumpleaños?

-Que lo sepan parar a tiempo y que me digan cuándo y dónde pactaron con el diablo.

-Acabemos con fútbol, ahora que empieza la Liga. ¿Qué espera de su Atleti?

-Seguimos mordiendo el polvo, pero sueño con un final digno.